22 de noviembre de 2006

Fito Páez´: Metropólitan Cd. de México

Tengo que remontarme al 22 de noviembre de 2006, y compartir con ustedes mi reseña sobre este gran evento:

Hoy fue el tan esperado día del concierto de Fito Páez en el Metropólitan... sin duda una experiencia inolvidable. El hombre transmite una energía y una pasión, inimaginables; es un sentir la música de manera única; sentir y creer en lo que se hace y lo que se dice.

El caso de Páez es un claro ejemplo en el cual la forma se diluye para dar paso al fondo, a la escencia. "Qué grande es Fito!" exuché decir a una mujer cuando salíamos del teatro... y vaya que lo es. Fito es autenticidad, sentimiento, pasión, convicción; es olvidarse del protocolo y los paradigmas; es ser uno mismo aun en contra de las reglas de la mercadotecnia.

Definitivamente fue un viaje maravilloso, y un verdadero placer para los sentidos. Entre otros temas, escuchamos: "Eso que llevas ahí", "El mundo cabe en una canción", "Sargent Maravilla", "Sé que te aliviará", "Circo Beat", "Mariposa Teknicolor", "La Verónika", "Ciudad de pobres corazones", "Dale alegría a mi corazón", "Hoy vengo a ofrecer mi corazón" -con Susana Zabaleta-, "El amor después del amor", "Al lado del camino"; "Cable a tierra", "Un vestido y un amor" -éstas como parte de un potpurrí-; "Tumbas de la gloria", "11 y 6", "Cadáver Exiquisito", "La rueda mágica", "A rodar mi vida" y una o dos más que no conocía... Repertorio sublime. Valió cada centavo. Los lugares 25 y 26 de la fila 8 del Teatro Metropólitan, simplemente excelentes.

Lo disfruté al máximo, sobre todo cuando todos prendimos nuestros teléfonos, si mal no recuerdo, en La rueda mágica. Lo mejor, cuando todo el público cantamos Dale Alegría acappella... increíble.

Lo más impactante es la sencillez del tipo... genial. Es un artista en toda la expresión de la palabra; un loco feliz, único y auténtico. Inspirador... Arriba flaco, buena estrella para todos. Lo mejor del mes.

El único mal detalle fue el poco respeto mostrado por la gente ante la actuación de Susana Zabaleta... es el colmo que llenemos un teatro para ver a este ícono extranjero, y no respetemos a nuestros propios artistas, al talento nacional. En verdad me enoja que chiflen, griten, abucheen a alguien con los pantalones que tiene ella, sólo por su mentalidad obtusa "yo pagué por ver a Fito, que saquen a esta vieja." Es traumante, triste e indignante. Tal vez algún día aprendamos a respetar y valorar al prójimo... esto va más allá de un concierto, es un claro reflejo de intolerancia que se traduce, en otros niveles, en racismo, fundamentalismos, actos violentos... guerras. El respeto es algo tan simple que parece imposible que con sólo practicarlo pudiera solucionar tantos problemas incluso a nivel mundial.