18 de septiembre de 2009

Michael Jackson: mi perspectiva

El pasado 25 de junio el anuncio de la muerte de Michael Jackson conmocionó al mundo; me atrevo a decir que incluso impactó a aquéllos que no simpatizaban del todo con él, simplemente porque no existe alguien que no sepa quién es Michael Jackson, así como por su trayectoria e influencia en el mundo de la música y el baile, mismas que nadie puede negar.

En mi caso, como todo el que me conoce sabe, fue una noticia terriblemente triste ya que desde los 12 años he sido fanática declarada (no de clóset) de su música, su altruismo, su manera de bailar, su voz, su inocencia -digan lo que digan-, y su manera de lograr grandes cosas siempre que se lo proponía. Me gustaría aclarar que no se trata de un fanatismo derivado de una vida vacía, ya que muchos piensan que un fanático, especialmente de Michael Jackson, tiene problemas mentales además de no tener nada mejor que hacer con su vida que vivir pendiente de la de alguien más. Créanme, no es el caso. Michael Jackson tiene un imán increíble y lo que siempre transmitió en el escenario, entrevistas o cualquier discurso... al menos eso que yo percibía, no lo provoca nadie más. No es el único cantante que tiene mi total respeto y admiración, pero por alguna razón que no puedo explicar, ningún otro tiene el efecto que tuvo en mí ver a Michael Jackson en el escenario, escucharlo en una entrevista, o escuchar de su muerte. Puede sonar muy estúpido o exagerado pero fue como perder a alguien cercano, que ha sido parte del soundtrack de mi vida todos estos años, que me ha inspirado a muchas cosas y que he tomado como ejemplo en muchas otras... aunque mucha gente no entienda cómo él pueda ser modelo de algo bueno para alguien.

Primero fue Black or White... yo no sabía quién era el intérprete pero la canción simplemente me fascinó. Después escuché Heal The World y no pude más que correr a la primera tienda que se me ocurrió y comprar el disco. Más tarde, conociendo todas las fundaciones y otras obras de caridad sostenidas por él, además de la clase de bailarín que fue y todas las dificultades que atravesó desde niño para llegar a ser lo que fue -en muchos casos a precios muy altos-, las letras de sus canciones... la suma de todo eso despertó mi más grande admiración y respeto, no sólo por la parte artística.

Finalmente no pretendo hacer una defensa de Michael Jackson ni convencer a nadie de nada. Simplemente quiero expresar lo que siempre he pensado y sentido al respecto; recordar su obra, su magnificencia, su bondad y sencillez, su poder de atracción, su perseverancia. Michael Jackson era un genio, un gran ser humano con sentimientos, triunfos, frustraciones y vulnerabilidades como cualquier otro, pero con la chispa adicional para inspirar a millones de personas para, entre otras cosas, tratar de hacer de este mundo un lugar mejor, y a otras desgraciadamente para tomarlo como blanco perfecto de cualquier cantidad de sandeces.

Termino citando sus propias palabras: Prejudice is Ignorance!

QUIERO

El día de hoy quiero publicar un poema de Jorge Bucay (homenaje a Virginia Satir), que es una verdadera oda al amor de pareja autodependiente -en términos del mismo autor-, abarcando todos y cada uno de los elementos que hacen de una relación una experiencia positiva, feliz y enriquecedora; dos personas completas compartiendo esa plenitud, y nunca dos mitades formando un todo. Esa es mi idea de una pareja en todo su significado:

Quiero que me escuches sin juzgarme
Quiero que opines sin aconsejarme
Quiero que confíes en mí sin exigirme
Quiero que me ayudes sin intentar decidir por mí
Quiero que me cuides sin anularme
Quiero que me mires sin proyectar tus cosas en mí
Quiero que me abraces sin asfixiarme
Quiero que me animes sin empujarme
Quiero que me sostengas sin hacerte cargo de mí
Quiero que me protejas sin mentiras
Quiero que te acerques sin invadirme
Quiero que nunca te enojes con las cosas mías que no te gustan
Quiero que discutamos nuestras diferencias sin pelearnos
Quiero que ptencies mis habilidades y comprendas mis limitaciones
Quiero que sepas todo lo que me gustaría que sepas de mí y que respetes mis secretos
Quiero que recorramos los mismos caminos sin competir
Quiero que podamos hablar de nuestras frustraciones sin reproches
Quiero que me aceptes como soy y no pretendas cambiarme
Quiero que seas feliz sin mí y más feliz aun cuando estamos juntos
Quiero que sepas que hoy puedes contar conmigo... sin condiciones.

Antes de despedirme quiero aclarar que el hecho de que esto es todo lo que deseo en mi relación de pareja, no quiere decir que tenga dominado cada punto. No siempre es facil encontrar la línea a partir de la cual ya estás invadiendo a la otra persona; no siempre es fácil respetar secretos o evitar el impulso de solucionarle al otro todos sus problemas aunque no lo pida... Así que en eso trabajo y trato de mejorar, porque estas son las cosas que, como mujer, quiero también dar a mi pareja, y no quiero ni puedo pedir nada que yo no pueda o esté dispuesta a dar.

Ahora sí, adieu!