6 de abril de 2014

De un piano aficionado para el pianista que un día pasó por ahí

Desde que te fuiste, estoy en silencio. Eventualmente ella me toca y vivo de nuevo por unas horas. Después... el silencio de nuevo. Me toca pero nunca como tú: con las manos, con el alma. Y hablo con ella, y ella habla conmigo, pero a veces no parece el mismo idioma, puro y limpio con el que nos entendemos tú y yo. Tal vez ella lo entienda un día, tal vez logre hablarlo mejor que tú... tal vez no.

Pero no me quejo, y ya no sufro por tu ausencia. Te he extrañado, es cierto, y sé que tal vez no vuelva a sentir sobre mí un par de manos como el tuyo, un talento como el tuyo, un amor como el tuyo. Y sin embargo, ella lo intenta y también me ama. Y no puedo reprocharle nada porque ella ha estado conmigo siempre y tú, tú te fuiste de pronto, sin decirnos adiós. Nos dejaste, a ella con el corazón roto, a mí en silencio y triste. Después de tu partida ella no podía mirarme, porque inevitablemente pensaba en ti al verme en el rincón de siempre, y lloraba y sentía que se partía en dos; así que me encerró por varios meses para no recordarte, para no pensar, para no evidenciar que ella jamás podría ser mejor que tú conmigo.

Me dolió tu ausencia, me dolió el silencio. Pero ahora las cosas han mejorado. Un buen día, no hace mucho, volví a ver la luz. Ella volvió a sentir la felicidad de tenerme cerca, notó que me extrañaba muy a pesar de ti y rompió mi encierro. He vuelto a ser parte de ella, está aprendiendo a hablar conmigo de nuevo y lo hace bien. Creamos juntos, bailamos y sentimos juntos, cantamos juntos y estamos, el uno con el otro, cada día. Y cada día nos has hecho menos falta, y cada día te extrañamos menos. Y con todo, ella ha tenido la accidentada idea de llamarte y pedirte que hables conmigo, de darnos la última oportunidad para fundirnos en un abrazo tan largo como aquélla sonata de Beethoven mientras nos observa, y luego decirnos adiós. Para siempre.

Pero no lo hará, es sólo una idea. Y agradezco que así sea. Creo que si volviera a tenerte conmigo, no podría dejarte ir, tal vez mi silencio ahora se volvería eterno y prefiero quedarme con ella, avanzando en lo nuestro sin que interfieras con sus ganas de estar conmigo, con sus ánimos para hacerlo cada vez mejor. No quiero convertirme de nuevo en un recuerdo triste, en algo que le duela. Estamos bien así, sólo los dos.

No me queda más que agradecerte por ser quien ha sacado lo mejor de mí en toda mi historia, tal vez el único que lo haga en los años que me queden, y no importa. No importa porque ya lo viví y fue maravilloso, pero a veces es preferible estar acompañado, sentirse amado, feliz y en paz, que no tener más ambición que alcanzar tu máximo brillo y seguir brillando, y olvidar la maravilla y la magia del camino que te llevó ahí. He regresado al camino, después de haber mostrado al mundo de lo que soy capaz, he regresado y vuelto a empezar, con ella; y tal vez un día, ella y yo encontremos un nuevo brillo para ambos, un nuevo lenguaje, una nueva cumbre, pero sin ti.

Te dejo esta nota sin rencor y llena de agradecimiento y del amor que un día nos tuvimos; me quedo con mis ocho octavas limpias del polvo acumulado, vivas de nuevo; y sus diez dedos jugando conmigo mientras se escribe una nueva historia.

1 de enero de 2014

¿Así o más en chinga?

¡¡Bienvenido 2014!!

Descanse en paz 2013... Un minuto de silencio... ... ... ... ... ok, ya.

Hoy es el primer día del año y quise inaugurarlo con un post. Siempre me da nostalgia el cambio de año. Es fuerte que se vaya uno más sin que hayas hecho nada espectacular; emociona recibir el nuevo como un libro en blanco donde puedes escribir, borrar, arrancar páginas y reescribir... reinventarte, en una palabra. Y esto último requiere a veces tremendos cambios en la vida y en nuestra actitud.

Esta vez, con todo y la nostalgia de despedir el 2013 junto con la multitud de foquitos que adornan mi casa todavía el día de hoy (amo la decoración navideña)... decía, con todo y la nostalgia y que no he publicado un libro ni me he hecho famosa, veo la vida diferente. No es que haya alcanzado el nirvana ni mucho menos, pero no me siento frustrada por estar donde estoy, valoro cada logro que tuve este 2013 y me siento orgullosa; me pesan las lágrimas que derramé que para no variar fueron muchas, pero me levanté más rápido de lo acostumbrado y aprendí mucho, lecciones que por una vez decidí no olvidar o ignorar, que he puesto en práctica y eso también me hace feliz; y le bajé 3 rayas a mi control-freakness que ya son palabras mayores y sí, también por eso soy más feliz. Así que bueno, el punto es que me dieron ganas de escupir aquí, más que una lista de propósitos, las cosas, momentos y personas que agradezco al 2013, y todas esas cosas momentos y personas que se quedan ahí, en el 2013, porque decido decirles adiós, porque ahí están mejor, porque en mi 2014 ya no caben.

Gracias 2013:

- por los amigos y amigas que por un año más siguen conmigo. Unos más lejos que otros pero es sólo distancia física (bendita tecnología que nos permite estar en contacto). Doy gracias por todas las bendiciones y logros de cada uno y por contar con ellos para festejar los míos. Es un lujo tener gente que ha crecido contigo en uno u otro aspecto, lista para escucharte cuando los necesitas, y es un lujo estar para ellos cuando me necesitan a mí. Gracias a los que brincan conmigo la rayita que separa el 2013 del 2014, los amigos verdaderos, los que no se rajan, los que me aceptan como soy. Gracias por las amistades nuevas, mis pequeñas del círculo de lectura, la gente bonita del parque que aunque no son amistades entrañables, o al menos no aún, ha sido lindo conocer.

- por la oportunidad de independizarme. Tal vez el impulso final no vino del lugar correcto... o tal vez esa era justamente la idea; como sea, era algo necesario, una meta que tenía sin cumplir, una gran ilusión y lo logré. Valga decir que me ha costado un huevo y la mitad del otro eso del ajuste presupuestal, de organizar mi tiempo con las labores de ama de casa, de ajustar la rutina a las nuevas necesidades, de cuidar sola de mis perros, etc. Sin embargo los objetivos principales se cumplieron: uno, mejorar la relación con mi mamá que la convivencia volvió tan tóxica; ahora presumo de tener la mejor relación con ella, amo cuando viene a quedarse por unos días conmigo, la extraño, disfruto cada conversación telefónica con ella, le cuento cosas, nos reímos de pendejada y media; me apoyó en la búsqueda del depa, me acompañó a escoger mis muebles y me dio la mano cuando me quedé sin un centavo. Sí, mi madre rocks! En segundo lugar, la satisfacción y el reto de valerme por mí misma, de llevar una casa yo sola con mi sueldo que apenas es suficiente, administrarme, mantener a mis perros, no depender de un marido o del vecino amable para que cargue nada por mí o me cambie un foco, y a la vez saber reconocer cuando no puedo con algo y tener la humildad de pedir ayuda.

- por los maravillosos libros leí, gracias a algunos de los cuales ahora tengo otros ojos para muchas cosas. Acepto más, sonrío más, me peleo menos con la vida, analizo mis agobios y hago algo al respecto. A pesar de las dificultades y los momentos tristes, los putazos emocionales y cosas por el estilo, me siento feliz, orgullosa de mí, libre, responsable, segura. Porque estoy viviendo en el lugar que quería vivir desde hace tiempo, tengo como mi "barrio" donde cada día conozco gente nueva, donde me siento segura caminando de noche, tengo mi lugar, mi espacio aunque sea rentado y me emociono con cada nuevo detallito que agrego a las paredes o a la mesa de centro, me emociono si compro un plato nuevo o algún utensilio de cocina, y me encanta emocionarme por esas pequeñeces.

- por ese viaje a Europa con la mejor compañía que pude encontrar, fue una gran experiencia. Gracias Mamazoide por la idea y la planeación.

Por otro lado, este año perdí a Jack, mi compañero durante 10 años, el cócker más sociópata, guapo y fiel, el más aferrado a la vida, el compañero también de mi papá en sus caminatas y de mi mamá en la soledad que le trajo la independencia de todos sus hijos y la viudez. Gracias lindo, por todo.

Este 2013 me enamoré como nunca y, lo mejor, dejé ir como nunca... sin esos lujos estúpidos de hundirme en la depresión por meses porque esa persona decidió no estar más conmigo. No. Me dolió muchísimo, pero lo acepté, lloré lo que tenía que llorar y solté, y me siento bien. Insisto, como nunca había hecho con relaciones anteriores.

Sirsha cumplió un año conmigo y me siento feliz cada que la veo mover la cola, dormida en mi cama, cuidando su territorio después de haber vivido en la calle. Y me hace reír todos los días con su altanería, con su mirada circunspecta, con sus manchas de vaca. Y la amo. También pseudo adopté una hermana para ella, Tava, mi mounstro, torpe y noble como ella sola, una viejita pastor belga malinois de 12 años que está dormida junto al sillón donde ahora escribo. No es fácil, requiere tiempo, más gastos pero tal vez se quede.

Y entre tantas cosas con lo que tengo actualmente decido disfrutar cada día, con sus agobios y sus cosas buenas, con sus imprevistos, con los momentos en que me toca ser Cenicienta. Decido no engancharme en relaciones vacías, . Decido distanciarme de las que vengo cargando, de algunas para convertirlas en amistad 100% (se los dejo de tarea) porque es gente que de verdad vale la pena. De otras para dejarlas ir por completo porque su vida útil terminó.

Decido sonreír todos los días porque puedo... no todo el tiempo, pero sí todos los días; decido pasar más tiempo conmigo y conocerme, decido agradecer cada día y dejar que la gente que quiera seguir siendo parte de mi vida lo sea, yo me encargo de apapacharlos, y dejar a los que no que salgan de ella sin reproches, sin dramas, sólo con un adiós una sonrisa y un "have a nice life".

Resumiendo. 2013 fue un gran año. Fue fuerte, doloroso, aleccionador, lleno de retos, de sonrisas, de lágrimas, pérdidas, adquisiciones, altas, bajas... Lo importante, como diría Elton John es que "I'm still standing".

Feliz 2014 a todos.