19 de mayo de 2013

Ofusque total...

Y sí, vuelvo a escribir después de dos meses para desahogar mi conflictuadísimo cerebro en mi amado blog. De algo debe servir, que para eso lo tengo.

Estoy en un momento limbítico de mi vida. ("Limbítico": vocablo de reciente creación propia para referirme al estado de indefinición total en que se encuentra mi mente y bajo el cual me van transcurriendo los meses). Siento como que ni voy ni vengo, estoy y no estoy, tengo todo y nada, soy todo y nada, quiero y no quiero, quiero y no me atrevo, quiero y no puedo o creo que no puedo.

Vamos por orden, para no perderlos.

 TRABAJO: tengo un trabajo que me encanta, en una empresa que me encanta y rodeada de gente linda. 8 años ahí. ¿De qué me quejo entonces? Bueno, básicamente y además de la distancia que me hace perder valiosísimo tiempo en el tráfico de esta cochina ciudad, mi sueldo es lo que se conoce como una mierda. No lo digo en sentido despectivo como si no valiera nada, porque como sea me ha mantenido los últimos ocho años. Lo digo porque la relación trabajo-remuneración es una jalada, y porque comparando los sueldos que podría ganar por el mismo trabajo en otro lado, ando como en la mitad. Otro tema es que no veo para dónde crecer ni qué otra responsabilidad puedo apañar para merecer el tan deseado aumento que la empresa por política no concede. Todo esto repercute en mi cuenta de ahorros y mis planes (viajar, chacharear, comprar mi depa, cambiar el coche). Lo correcto es dejar de quejarme y actuar. ¿Cómo? pues por más que me duela, o pido el aumento y lo consigo, o me busco otro trabajo. Pero me ofusca lo poco probable de encontrar algo que me guste y no me exploten o dispongan del 100% de mis días, donde respeten mi horario y me dejen crecer, sin jerarquías y políticas pendejas, donde me den mi lugar y no tenga que ser tan abogada.

VIVIENDA: esto suena a estado de cuenta del Infonavit pero se trata de dejar mi casa y moverme a un depa. El primer conflicto es en sí dejar mi casa y la avalancha de responsabilidades que se vienen encima con ello cuando no sé ni usar la lavadora; evidentemente no es nada que no pueda hacer pero ofusca, además de que me pesa y me siento mala hija por dejar sola a mi mamá.  En segundo lugar tenemos la consecuencia de mi pinche-sueldo y mis ahorros mediocres, por los que no me decido entre comprar y rentar: que si compro se van todos mis ahorros y me olvido de mis viajes, pero ¿para qué ahorro entonces si no es para disfrutarlo? Además tampoco viajo tanto y como sea tendría algo mío y lo puedo graffitear si quiero, pero a costa de ensartarme en un crédito por los próximos 20 años. Si rento, me ahorro el enganche, dejo mis ahorros para mis viajes, pero la renta aumenta cada año, aunque tal vez no me quede más de un año (wishful thinking) y no estoy adquiriendo algo que puedo graffitear o incendiar si me da la gana. Ahora, mi sueldo me impide tirarle a una renta de más de 10mil y aun así me apretaría mucho. Mi solución hasta ahora era rentar un año y luego comprar o ya ver qué onda pero de entrada dar el paso. Ya siento el ansia total de salirme de mi casa. No soporto lidiar con el perro de mi hermano para entrar y salir de mi casa porque el animal no me puede ver y ya me intentó morder más de una vez, no soporto el poco respeto de mi hermano para vivir en familia, ni su arrimosidad que me recuerda la mía. Es buen momento también porque así mi mamá no se queda sola. Y pienso también en mi violín aunque ahorita sólo está en potencia, y mis perros, ambas cosas difíciles de aceptar para algunos vecinos mamones. El tema no es salirme o no, aunque está cabrón, el tema es a dónde, con qué y cuándo. Y finalmente el tema David, que no sé si se arma la relación, si nos vamos a vivir juntos y entonces mejor me espero para comprar algo entre los dos, o compro de todos modos como inversión y así tengo una entrada cuando se acabe de pagar con la renta...

PAREJA. Estoy aterrada de mi misma con D. Estoy enamorada creo (ya se me había olvidado como se sentía). Creo que puedo crecer mucho con él pero me duele cómo me canta mis verdades, me da miedo ilusionarme, de pronto me da hueva, me desespera y dudo, pero luego decido que quiero seguir ahí. Luego extraño a mis dos relaciones anteriores, comparo, pienso en lo que no fue... mal hecho. Quiero saber todo el tiempo qué siente y piensa con respecto a nosotros y me estreso si no lo adivino, si no me lo dice, o no dice lo que quiero oír, pero en todo caso lo agradezco. A veces siento que no es del todo transparente o que tiene frases ensayadas... las mismas que en otros momentos le compro sin pensar y me enamoran más.

PROYECTOS. Como que hago y no hago. Estoy en todo y en nada. Toco el piano pero dos notas, toco el violín y hace un año que no practico, canto pero en el coche, la oficina y la regadera. Quiero dar clases de baile pero lo tengo relegado por alguna razón en mis prioridades. Estoy engordando a lo bruto y no hago nada, estoy fumando más y lo mismo. Soy desidiosa y saboteadora.

Me estreso por estar aquí, queriendo estar allá.

Tengo que dejar de fumar, empezar a hacer ejercicio, dieta, visitar depas, llevar el coche al hojalatero, trabajar en mí misma en cuanto a actitud, mejorar mis hábitos en general, procurar más a mis perros, dejar que las cosas con D fluyan, dejar de querer adivinar, sonreírle más a la vida.