13 de abril de 2013

Sí, te amé

Te dejo un beso tratando de decir con él todo lo que mi boca no pudo articular.

Te dejo un te quiero, dicho desde lo más profundo de mi alma.

Te dejo todo el amor que fui capaz de darte porque, aunque puedo amar a alguien más, ése que te di, del modo que lo hice y lo sentí, ése es y será siempre sólo tuyo.

Te dejo un GRACIAS, así con mayúsculas, por todos esos momentos que te escuché un te quiero, una palabra de ánimo; por cada abrazo, que por más que trates jamás entenderás lo que se sentía enredarse en tus brazos y escuchar lo que me decían al presionarme contra ti... Por tantos te amo y te quiero conmigo que nunca pudiste decir, que  te dio miedo creer y que me hizo tanta falta escuchar.

Cada beso que me robaste, cada mirada cariñosa y satisfecha, cada piropo, cada vez que revolvimos la cama olvidándonos del mundo y los vecinos, cada película que reímos o lloramos juntos, cada café, cada ataque de risa y, sobre todo, cada ilusión que esos momentos alimentaron... Esos me los quedo yo, para recordarte siempre como la persona que más amé a pesar de tantas adversidades; esa por la que más aposté, por la que arriesgué lo que tenía y lo que no... Y, aunque ya no estamos juntos, quiero que sepas que no me arrepiento, que sigo creyendo que valió la pena. Conocerte y ser parte de tu vida, compartir tus agobios, tus triunfos, tus simplezas, tener tu confianza... siempre habrá valido la pena.