10 de noviembre de 2013

Alguien máteme

Lo estoy haciendo de nuevo... soy una control-freak en inicio de recuperación y es mucho más difícil de lo que había pensado. Como en todo, no basta la intención, aunque es el primer paso, y es justo la dificultad para aterrizarla en acción lo que nos hace resignarnos y abandonar el propósito.

Me esfuerzo con cada nueva relación y me prometo que mi actitud será otra esta vez. Y lo logro hacia afuera, y lo logro temporalmente... nada más. No sirve que la otra persona te perciba de la manera que te gustaría ser si es una actitud forzada, si el cambio no es de fondo, si no te la estás creyendo, si esa versión de ti no es consecuencia natural de lo que pasa en tu vida y dentro de ti, de una vida feliz, de una sana autoestima, de estar en tu centro.

Hasta ahora, no puedo evitar del todo analizar, esperar, especular sobre todo lo que pasa o deja de pasar en mi vida; sobre lo que controlo y lo que no... todo lo cual deriva en mis clásicos ataques de ansiedad y bueno, no es divertido.

Creo que tendría que empezar a analizarme yo, más que a las situaciones y a las demás personas. ¿Por qué me estresa y vuelco toda mi atención en lo que suceda o deje de suceder; en lo que puedan estar pensando otros? que además, claro, debe suceder de acuerdo a mis limitados parámetros mentales, porque si no "algo falta" "no está mal, pero podría estar mejor" o "seguro en algo la cagué"... No mamen qué hueva. Y yo soy a la primera víctima de mi propia exigencia: siempre algo falta, siempre algo debe estar mal.

En fin que ahora en cuestión de nada- es lunes y esta nueva loquera empezó el sábado- ya estoy hecha un nudo de ansiedad, miedos y sospechas que es para morirse.

Tengo muchas reacciones que tengo que aprender a identificar y controlar antes de que exploten. He aquí un ejemplo, un pequeño top-5 de cosas que me encabronan y que  no controlo:

1. EL "uy siempre no". Que me cancelen un plan me super caga. Pero no me pasa con cualquier plan ni con cualquier persona, no sé de qué depende pero lo que sí sé es que cuando se trata de un date pasa siempre. En principio porque ya planeaste el día, tal vez pospusiste algunas cosas, te organizaste, te arreglaste, ¿yo qué sé? Acomodo mi universo para que quede el día perfecto para el plan y Madres! me cancelan. Pero sé que detrás hay algo más. No entiendo por qué si actividades y hobbies me sobran, no es como que me quedo sentada sin idea de qué puedo hacer ahora que ya no hay plan... y de todos modos me emputa. Creo que el mounstrito de la inseguridad se me escapa por momentos de la jaula,  me caga darme cuenta de que a mí me emociona más el plan que a la otra persona. Me molesta un extra más cuando la razón de cancelar me suena a pura mamada, aunque claro, puedo estar en lo cierto o estar interpretando cosas que ni al caso... así que debo dejar de juzgar las razones de los demás, dejar de validarlas únicamente si yo las usaría igual. No sé, es como una especie de vergüenza -qué palabra tan fuerte- de emocionarme a lo pendejo, de que me tengan lástima, de saber que yo puedo hacer que las cosas sucedan y la otra persona no crea que es tan importante como para semejante circo y decida mejor cancelar. Pero claro, tampoco tengo por qué juzgar y cuestionar las prioridades de la gente, sino agradecer que están cuando quieren estar y disfrutarlo. Ultimadamente ¿qué me parece tan dramático de quedarme como novia de pueblo? Lo horrible o lo equis que pueda ser me parece que depende de mí. Y en ese sentido, el sábado me gustó porque a pesar de mi ansiedad aderezada con tristeza, decidí usar ese tiempo en principio muerto porque me cancelaron, en invitar a mi mamá a comer a mi casa y a ver una película. La pasó muy contenta, la saqué de su entorno de siempre, y valió la pena. Fue una tarde linda.

2. El puto Whatsapp. Odio el chat, de verdad. La tecnología sin duda es una maravilla hoy en día; te puedes comunicar gratis por horas con quien quieras, pero es un arma de doble filo. Eso de poder ver cuándo leen tu mensaje, cuándo están en línea, que el GPS te avise desde dónde te mandan el msj y usando qué dispositivo. Es horrible. Fomentan el stalkeo y la ansiedad sin fin. No me dejarán mentir cuando digo que no hay cosa más provocadora de suicidio que mandar un mensaje a una persona especial, ver que está "en línea" y que no te conteste. Te sientes ignorado, rechazado, poco importante... ¿Qué diablos? Creo que si eso pasa es porque así te sientes por dentro desde antes de que existiera tanta mamada tecnológica.

3. El detallito ignorado. Que prepares una linda cena, te acuerdes de alguien y le compres la tutsi pop que le encanta, le hables en su cumpleaños o la felicites por un logro equis, le chulees algo, etc., y la otra persona simplemente proceda con una expresión más bien fría y un "ah gracias"... o ni eso. Uno da un regalo por la emoción de ver la reacción de la otra persona. Cuando la reacción es casi nula... yo me siento hasta estúpida de haber pensado en la persona. Y me emputa.

4. El avión. No soporto estar hablando con alguien y darme cuenta de que su cabeza está en el perrito que acaba de pasar al lado. No soporto que me pregunten de pronto sobre algo que aclaré 15 minutos antes, porque para mí eso significa que no me estaban escuchando. Y esto va de la mano con las interrupciones. Me recontra caga que me interrumpan. Sé que hablo hasta por los codos pero mi capacidad de hablar y hablar es directamente proporcional con la de cerrar la boca y escuchar. Y odio, porque yo no lo hago, que cuando estoy contando algo, el interlocutor saque un chiste o un albur de lo que dije o saque el celular para contestar un mensaje equis, o me salga con un "ay perdón que te interrumpa pero me acabo de acordar, no te conté que ayer blah..." Es neta? A veces no digo nada, a veces exploto, depende la confianza que tenga con la persona pero puta madre. Por ahí alguien hace poco me dijo que mi problema es que soy muy intolerante a las interrupciones... y sí, lo soy, pero creo que a nadie le gusta no? Por favor díganme si tengo un problema porque en este caso me lo dijo una persona que sacaba el cel para ver el último albur que le mandó su cuate mientras comíamos juntos y platicábamos de algo... y la del pedo era yo. En fin.

5. La impuntualidad. No se trata del retraso en sí, sino de la nula consideración de tomar el maldito teléfono y avisar que ya no llegas o que vas retrasado. Sé que hay situaciones extremas en que el cel se muere, no hay manera de comunicarte, tal vez se te ponchó una llanta y ni pedo, hasta eso doy chance de que me avienten la historia antes de explotar. Pero que alguien llegue una hora después o no llegue, sin haberte avisado y para colmo ya cuando te ve llega con una mega sonrisa y ninguna explicación o disculpa, como si fuera normal, como si nada pasó y pretenden que no lo notes. Claro, ya cuando "reclamas" o preguntas qué pasó, hay de dos: hacen cara de what o salen con "ay bueno ya llegué no? pinche genio". ¿En serio es tan complicado respetar un compromiso, respetar el tiempo ajeno?

Total que el punto es que nada de esto es divertido. Sé que tengo razón en querer que me escuchen, me respeten, etc., pero creo que tal vez la reacción es lo que es too much, tal vez la forma, tal vez es pura mamada mía hija de mis inseguridades y hago que la paguen los demás. Pero no, no lo disfruto,  no me hace feliz, me tiene con un hoyo en el estómago cuasi-permanente y bola de historias pendejas en la cabeza que me ponen peor. Si no son másters en estas artes, de verdad no lo intenten en casa.

30 de septiembre de 2013

¿Y a los 33?

Siguiendo la auto-instaurada tradición de escupir aquí mis aprendizajes, descubrimientos y metidas de pata del año (mi año personal), les dejo las lecciones de mis 33, a mes y medio de haber cumplido mis bellos 34.

Creo que el mayor descubrimiento o redescubrimiento, es ese de que nunca sabes por dónde salta la liebre, o que las cosas las encuentras donde menos piensas, o que el objetivo para hacer algo a veces no se cumple, pero lo que consigues resulta, además de impredecible, mucho mejor de lo que tú te imaginaste. Por ejemplo:

- Lo mejor que me ha dado el baile, en específico el Hip Hop, además del placer de hacerlo porque puedo, son dos amistades invaluables: JC y Zuka. Y a su vez, de ambos he aprendido de perseverancia, de lo que en mi pueblo llamamos "tener huevos" y respeto por uno mismo, de lealtad, de valentía para ser uno mismo. Me han enseñado con el ejemplo que vale la pena luchar por los sueños, que no estoy tan mal de la cabeza o al menos que hay más como yo. Me han enseñado de empatía, de lo que realmente importa, de complicidad, confianza, de almas gemelas, de cariño desinteresado. Y hay una tercera persona que no puedo dejar de mencionar y a la que admiro muchísimo: Mylene, bella por dentro y por fuera, de las que le sonríen a la adversidad y sacan fuerzas nuevas no sé de dónde; de las que saben tropezarse y seguir adelante con clase y con la mejor actitud. Ella fue quien finalmente me dio la oportunidad de iniciarme como teacher en estos menesteres del baile.

- Lo mejor que me dejó mi paso por la UP, no fue el título profesional que me da de tragar, fueron mis amig@s: Rocío, Paty, Katia, Dammariz, Mario, Paulino, Yanette, Manuel, Mauricio A., mi amigo y asesor de tesis MA Lugo (el gran genio incomprendido). Y ¿quién lo dijera? la persona que 10 años después (en 2013) sería el amor de mi vida por cuatro largos meses... pero esa es otra historia.

- Lo mejor de mi paso por la Walmar no fue el aprendizaje en cuanto al trato con la burocracia, derecho administrativo, prevención de riesgos, etc., sino las pocas personas que a la fecha están pendientes de mí -más que yo de ellas, he de reconocer no sin pena-, que me quieren desinteresadamente y que han estado ahí en momentos cruciales; esas raras personas que pueden sentarse y escucharme hablar dos horas del drama o el festejo de turno, sin interrumpirme, sin darme el avión, y con el plus de opinar objetivamente y hasta darme consejos de máster. Y, al mismo tiempo, me halagan sobremanera dejándome conocerlos, abriendo sus corazoncitos madreados o compartiendo sus ideas conmigo: Fernando, Vindri, Lali, Isra... los quiero.

- Lo mejor que me dejaron mis tres años y medio de litigio familiar y civil, no fue aprender a moverme en un tribunal, fue, en primer lugar, al oportunidad de escuchar a tanta gente que necesitaba un desahogo y hacerla sentir mejor sólo con escucharla... ya si se rajaban de demandar o se aventaban con todo, era lo de menos. En segundo lugar, el amor y la amistad de una de las personas que más quiero, admiro y respeto en la vida: Lupita, mi segunda madre. Otra, la oportunidad de trabajar en el mismo lugar con dos de mis mejores amigas, y finalmente, conocer a Moy, a Pitus, Sandy... mis abogados estrella.

- Lo mejor que me dejó la última vez que me enamoré (y que no fue hace tanto, de hecho todavía me estoy desenamorando) además de la emoción de saberme capaz de amar tanto, de extrañar, de ceder, de futurear... fue la enseñanza, aunque de la manera menos sutil o, lo que es lo mismo, a chingadazos, de que aunque tengo mucho que repasar, mucho que aprender y mucho que mejorar aun en lo que respecta a mi autoestima y los límites que pongo a los demás, aunque todavía cojeo mucho de ese pie y no me hace gracia, he crecido y madurado mucho al respecto -mi reacción al último revés existencial me lo acaba de confirmar-, y eso me tiene contenta y orgullosa de mi misma, a pesar de lo que duele y de lo que se perdió en el camino.

Este idilio (ah pinche palabra) me enseñó lo linda y entregada que puedo ser, y a la vez lo poco que me puedo llegar a respetar, lo incongruente y lo control freak que soy; que mi intuición está cabrona (aunque me quieran marear con que no ande pensando cosas "malas" porque yo misma provoco el cumplimiento de mis profecías inventadas), pero que no hay que leer entre líneas, que hay que disfrutar las cosas mientras duren a menos que algo simplemente no se sienta bien, aun si no entiendes bien por qué... no, no estás loca. Veo que aun me dejo manipular muy fácil, me engancho con cualquier cosa; aprendo de nuevo que la gente es como es y no voy a conseguir cambiar a nadie. Que si alguien se va, hay que dejarlo que se vaya, y que los círculos aún abiertos los puedo cerrar sola, aunque lo dude, aunque me auto engaño con que no puedo como pretexto para no dejar ir, aunque duele peor que un balonazo en la nariz... puedo. (Y por si no lo adivinaron, es la misma persona de los 10 años después que menciono arriba).

- Por último Caro, mi terapeuta, me ayudó más de lo que se puede imaginar. Tengo pendientísimo hablarle y disculparme por dejar de ir cual chacha, sin avisar, porque me fui de viaje y luego ya no tuve dinero -sigo sin dinero-, pero por lo pronto, material hay, pues tengo toda una lista de cosas que tengo que poner en práctica con más enjundia.

Y pues, mayormente esas fueron mis reflexiones de estos 33 aunque incluyen sucesos de hace más tiempo. Me largo a cargar mis 34 por otro largo año.


7 de septiembre de 2013

Estando contigo sin ti

Encontré este viejo "algo" en una libreta igual de vieja. Lo escribí a principios el 2006, con alguien en mente a quien llamaremos "V". Hoy lo releí, y aprovechando lo vivido en este largo inter, le hice pequeños ajustes y agregué algunas líneas que no se ciñen a la historia con "V"... pero igual venía al caso la mezcla y me gustó el resultado:

Estar contigo es no dejar de pensarte,
es abrazarte y sentirte a pesar de que no estás;
es besar un deseo, venderme una ilusión,
hacerle el amor a un espejismo siempre por "última vez".

Es soportar más de un adiós al mes,
aceptar la incertidumbre de un después;
es planear conmigo misma la historia de los dos;
es saber que es imposible y pretender que puede ser.
Es soñar, huir del despertar y con mi sueño ser feliz...

Estar contigo debería ser tocarte, amarte sin miedo, sentarme a tu lado para conversar. 
Pero estar contigo es mucho más que estar presente,
y estoy contigo a mi manera,
pues amar, me has dicho tú, no es un sentimiento sino una decisión;
sin embargo, ya ves, no es tan sencillo, sobrepasa por mucho la intención

Intención que matan historias ajenas, viejos fantasmas repartiendo miedos;
la matan los límites que nos imponemos o se nos imponen a nuestro pesar;
la mata el despropósito, la mata el silencio, el egoísmo, la distancia...
la mata, finalmente, la decisión de matarla.

25 de agosto de 2013

Sentimientos encontrados

Ese día entré a tu cuarto después de la operación. Abriste los ojos y me sonreíste con esos ojitos cansados que escondían el dolor y la incomodidad, y dijiste: "¡qué bonita te ves!" Como siempre, sin quejas a pesar de todo, y encontrándole lo bueno a cada momento. Sólo que esta vez con la variante de que esa sería una de las últimas cosas que te escucharía decir y la última vez que te vería sonreír. Hoy hace cinco años que te fuiste, que de pronto supe que ya no habría más "qué bonita", "brujita linda", "ay mijita qué boquita de carretonera te cargas"... ¡Y no jodas cómo sigo extrañando escucharlo!

¿Sabes?, hace tiempo que no lloraba -rarísimo en mí con lo chillona que soy-, y hoy pensando en ti y en todo lo que nos diste, en la profunda huella que dejaste en la gente que te conoció y en cómo hiciste lo tuyo simplemente siendo tú, para dejar el mundo un poquito mejor de como lo encontraste... lloré. El hombrecito al órgano empezó a cantar Entre tus manos, hermosa canción de ofertorio que sentí como patada en el estómago; y, como siempre, no me contuve. Ya ves que nunca me ha dado vergüenza llorar en público (aunque no traer Kleenex en la bolsa no es buena idea).

Y el punto es que tengo sentimientos encontrados. El llanto es una manera de drenar una emoción fuerte, normalmente tristeza. Y sí, estoy triste porque ya no estás, porque nos haces falta. Pero no puedo evitar pensar en lo bueno de un día como hoy en que, aunque el motivo no sea divertido, estamos todos juntos. Volteo a mi derecha y veo a tres niños maravillosos: tus nietos; más allá está mi mamá, mis hermanos, mis cuñados). Y es lindo ver cómo nos unes, es lindo ver la familia que creaste con mi mamá y recordar la vida que construyeron juntos. Es lindo que estemos aquí, y tú de alguna manera con nosotros. Es lindo haberte tenido como papá, haberte conocido, haberte aprendido tanto, haberte tenido conmigo 29 años.

Me sentí triste y me sentí bien, por extraño que suene. Lloramos cuando perdemos algo o a alguien a quien amamos, a quien consideramos excepcional y por ello lo extrañamos. Pero esa tristeza te hace saberte capaz de esos sentimientos tan grandes y nobles. ¿Te pasó alguna vez sentir una tristeza que te araña el alma por algo que perdiste, y sin embargo ser capaz de sonreír, de sentirte feliz y agradecido por aquéllo que aún tienes? Bueno, pues algo así.

Llorar también libera, de alguna manera, de eso que no sabemos cómo expresar. Hoy me hiciste el gran favor de exprimirme esas lágrimas a las que, aprovechando, sumé algunas otras tristezas ya acumuladas que no había podido llorar. Y me siento mucho mejor. Gracias por ello, entre tantas otras cosas.

Me hizo feliz, en fin, pasar la tarde con mi familia, que nos tengamos unos a otros y que no perdamos oportunidad de demostrarnos tanto afecto; me hace feliz que hayamos coincidido tú y yo acá; me hace feliz ser tu hija.

Te quiero Burris.

17 de agosto de 2013

Mi 'Alguien' Favorito

Hubo una vez alguien que amaba y alcahueteaba mis rarezas, toreaba mis neurastenias, se reía conmigo y de mí, aceptaba mis defectos, conocía mis fallas y me motivaba a mejorar.

Alguien que felizmente me aceptaba un café del Oxxo; que compartía su música conmigo y de pronto se dejaba sorprender y atrapar por la  mía; que me contaba chistes, me recomendaba libros, artículos, películas...

Alguien que me regañaba si me pasaba de idiota, que se preocupaba y rezaba por mí... que me enseñó también a rezar. Que trató de enseñarme a ser paciente -aunque de ahí todavía cojeo-, que me correteaba en las mañanas y me enseñó la importancia de la puntualidad y la honestidad.

Alguien que me enseñó a ser perseverante y no dejarme amedrentar cuando yo sentía que no podía con algo, porque tenía más fe en mí que yo misma; que sabía que podía dar más y ser siempre mejor persona. Que me enseñó a no dar menos del 100% en lo que fuera que decidiera hacer porque las mediocridades no cabían, pero nunca sin celebrar el esfuerzo independientemente del resultado.

Alguien que me acompañaba de excursión a las librerías, que se fugaba conmigo en mis viajes de trabajo a provincia, y me acompañaba a la tiendita por cigarros mientras me decía que debería dejar de fumar.

Ese alguien se convirtió en mi mejor cómplice y mi mejor ejemplo de todo lo que predicaba. Ese alguien era mi papá.


¡Feliz Cumpleaños 71 Burris! con el cariño de siempre y extrañándote cada año. Te amo.


14 de agosto de 2013

Tareítas terapéuticas y cosas d'esas

De tantas cosas y ejercicios introspectivos derivadas de mi obsesión por ellos y de la creatividad de mi terapeuta, entre otras cosas he ido acumulando ciertas acciones que debo tomar para crecer un poquito más y dejarme de tantas estupideces que me auto-aplico. He aquí las que saqué de un borrador aventado en la funda de mi lap top, que encontré a punto de la autodestrucción, o sea, en desgaste total:

Reconciliarme con mi vulnerabilidad
Expresar mi cariño por la gente con te quieros, abrazos, detalles siempre que me nazca
Controlar mis reacciones intolerantes siendo más empática y servicial
Experimentar las reacciones de los demás ante mi yo amable y sensible, que no dejada.
Ver a los demás como son, no idealizar ni colgarles mis expectativas
Analizar cada vez lo que depende de mi, y lo que no, aceptarlo, hacer el duelo y sequir. Igual aceptar lo que no es mi responsabilidad.
Soltar los conceptos aprendidos de mí misma y redescubrirme
No estar llenando expectativas reales o imaginarias de los demás
Pensar antes de hablar, y ser auténtica y honesta en todo lo que digo
Retomar mis deseos y perseguirlos, sola o acompañada
Ir soltando el pasado, no aferrarse
Ser objetiva
Ser congruente
No querer controlar todo.
Dejar fluir y disfrutar las cosas buenas, no querer hacerlas eternas

Conclusiones sobre mí misma en relación con los demás y mi entorno:

Que aguanto demasiado
Que soy control freak hasta decir basta
Que me traiciona el subconsciente y no puedo fingir si algo me molesta, por lo que si no lo digo, sale peor.
Que tengo que cuidar mis modos al decir las cosas, porque habemos personitas muy sensibles.
Que soy de esas que ceden pero te la cobra... con harta vergüenza reconozco que no puedo evitar asumir el papel de acreedora y eso es horrible, es algo de lo que no me había percatado y no me gusta nada de mí.
Que todavía me puedo enamorar e ilusionar... pero me hace falta mucha sabiduría, templanza y paciencia, me hace falta el cómo.
Que dejo que mis miedos controlen mis reacciones
Que a la vez me puedo controlar más, ser un gramo más paciente y ceder.
Que no escojo bien mis batallas, muchas veces soy explosiva y me engancho en discusiones infructuosas.
Que dejar de ser yo no es opción... pero los modos, los modos... ah pinches modos!

11 de agosto de 2013

Catharsis

Catharsis. Derived from a recent personal experience and unavoidable introspective process, I find it quite necessary and interesting to write about catharsis, in an attempt to share my own definition of it, its meaning and implications, the way I see it and the way it feels to me. I'd like to start transcribing the definition given to this word by the Merriam's Webster dictionary, as a little introduction:

Summarizing, catharsis is defined as a purification or purgation of the emotions, primarily through art, that brings about spiritual renewal or release from tension.

Quite clear. Now, I need to expand this idea with my own feelings, which attempt will be a catharsis itself for me.

Catharsis in Luzaland is the word for describing the painful and unilateral decision to make counscious, feel and touch... relive, everything inside you that's hurting, making you sad, oprressing your soul, preventing you from smiling, and may have been for a while; everything that may bring your tears out, that keeps your brain busy with couldda's and shouldda's distracting you from living your present and moving on. Everything that has you stucked in any or every aspect of your life.

It requires a lot of guts to take the step and jump in the black-hole. But if you look at the aftermath, it is worth it. Hurts like hell, but it gives you freedom and you're smile back, along with a blanc page where you can start writing a complete new story of your life. You get all this as a reward for your effort and all the tears you might have cried, for your courage and for defeating your worst fears; for being brave enough to look at yourself soul-naked in your personal mirror, no make-up no fake smiles, with all your dark-sides showing there, and still being able to feel compassionate and in love with yourself.



24 de julio de 2013

When Love Arrives - Typographic Video



Una personita que admiro mucho (el gran Odín Dupeyrón) lo dejó por ahí en su muro de Facebook, y se lo robé. Enjoy, no hay mucho más que decir.


22 de junio de 2013

Lo que ellas quieren... o no

Todas hemos dicho o escuchado en algún momento una frase del tipo: "Ya no hay hombres que valgan la pena" o "yo sólo quiero un hombre de verdad". ¿Cierto?

En esta ocasión quiero comentar el punto para aclarar qué es eso de "hombre de verdad". Sin duda para cada mujer será algo distinto, coincidiendo por supuesto en algunos puntos. Por ejemplo, a todas nos encanta decir que nuestro hombre ideal debe ser cariñoso, caballeroso, guapo, atento, educado, bla, bla, bla. No niego que son cualidades que yo también busco, pero tampoco niego que en más de una ocasión las he encontrado y a la hora de los golpes me he dado cuenta que  no es suficiente. Y no, no estoy loca ni soy una maniática exigente de porquería a la que -como dice mi primo- ningún pito le embona (perdón por la nacada).

Y puedo asegurar que al resto de las damas les ha pasado algo similar. ¿Nunca han tenido esa especie de novio perfecto del que tu familia se enamora en media hora? Sí, ése que tus amigas envidian y al que se refieren como "el premio mayor de la lotería"; te dicen que lo cuides, que tienes la mejor de las suertes. Y, ¡oh sorpresa!, un día te das cuenta que la relación es monótona, que algo le falta, que a pesar de tanta monería no te sientes enamorada. Cosas de esas.

A mí me suena a que decimos lo que creemos que debe decir toda mujercita que le tire a una relación decente orientada al matrimonio, como querrían sus papás, sus tías y su religión. Porque qué clase de loca se atrevería a decir que lo que la haría feliz sería un tipo con problemas para comprometerse o sin profesión, un hombre cero atento o adicto al sexo, rudo e irresponsable. ¿Quién, por el amor de Dios querría algo así? ¿Nadie? Yo creo que más de una, tal vez enferma mental; y no lo va a decir pero recordemos que los hechos hablan más que las palabras.

Todo esto me llevó a tratar de ser honesta conmigo y confesarles qué es lo que de verdad me gustaría encontrar en ese alguien, empezando por las clásicas que ya mencioné, porque sí, yo quiero todo :P.

- Un hombre atento. Es decir, que te abra la puerta, te prenda el cigarro, te retire la silla, te ayude a cargar el super. No entiendan la atención como que ustedes son inútiles y el wey es su gato. Son ATENCIONES, es decir, cosas que pueden hacer las mujeres por sí mismas y que él no está obligado a hacer, pero es hermoso que le nazca y se ofrezca a hacerlas por ti porque eres su princesa... no porque crea que eres estúpida.

- Un hombre puntual. Esto tal vez debería incluirlo en el primer punto porque sin duda es un reflejo de respeto, de atención y de educación. Y es tan malditamente difícil que la gente sea puntual. No sé si es el país en el que vivo, donde vaya que nos hemos encargado de distorsionar el concepto de puntualidad para que nunca signifique llegar a la hora de la cita. No entiendo la complicación de llegar a las 2 si la cita es a las 2... pero al gente siempre tiene una buena razón. Pretexto lo llamaría yo. Y si pones cara de pocos amigos, se ofenden y eres una incomprensiva, y el tráfico, y la lluvia, y estoy cansado, y ¿qué no te da gusto verme?, y "malo que no hubiera llegado". Mmmmh no sé. A veces yo preferiría que ya no llegaran, tomando en cuenta el pinche humor con el que me van a encontrar. No señoritas, no es mucho pedir. He conocido hombres (mi ex novio es el mejor ejemplo) que a la hora exacta que hicieron la cita, están tocando el timbre; que si no están seguros a qué hora podrán llegar, no se comprometen con una hora sino te dicen tal cual "no sé a qué hora salga pero te aviso en cuanto vaya para allá" ... Y LO HACEN! Te avisan que ya están en camino. ¿Ven? no es tan difícil.

- Un hombre educado/respetuoso. Por educación no me refiero a la academia, sino a lo que el wey mamó en su casa. El wey que no se estaciona ocupando dos lugares o, pero aún, en uno para discapacitados; que no se mete en la fila, no se pasa los altos, que trata a sus subordinados con respeto. Hablo de cultura cívica, de empatía, de humildad... que no sea un maldito naco con complejo de superioridad.

- Un hombre que me se desvele conmigo y lo disfrute, que crea que vale la pena. Que se le quita el sueño porque no quiere cortar la plática, el momento. Un hombre que guarde su energía para estar conmigo, no que llegue a dormirse a mi casa esperando que le haga piojito toda la tarde. Un hombre que me vea y se le ilumine la mirada mientras la sonrisa se le escapa por más que la quiera disimular.

19 de mayo de 2013

Ofusque total...

Y sí, vuelvo a escribir después de dos meses para desahogar mi conflictuadísimo cerebro en mi amado blog. De algo debe servir, que para eso lo tengo.

Estoy en un momento limbítico de mi vida. ("Limbítico": vocablo de reciente creación propia para referirme al estado de indefinición total en que se encuentra mi mente y bajo el cual me van transcurriendo los meses). Siento como que ni voy ni vengo, estoy y no estoy, tengo todo y nada, soy todo y nada, quiero y no quiero, quiero y no me atrevo, quiero y no puedo o creo que no puedo.

Vamos por orden, para no perderlos.

 TRABAJO: tengo un trabajo que me encanta, en una empresa que me encanta y rodeada de gente linda. 8 años ahí. ¿De qué me quejo entonces? Bueno, básicamente y además de la distancia que me hace perder valiosísimo tiempo en el tráfico de esta cochina ciudad, mi sueldo es lo que se conoce como una mierda. No lo digo en sentido despectivo como si no valiera nada, porque como sea me ha mantenido los últimos ocho años. Lo digo porque la relación trabajo-remuneración es una jalada, y porque comparando los sueldos que podría ganar por el mismo trabajo en otro lado, ando como en la mitad. Otro tema es que no veo para dónde crecer ni qué otra responsabilidad puedo apañar para merecer el tan deseado aumento que la empresa por política no concede. Todo esto repercute en mi cuenta de ahorros y mis planes (viajar, chacharear, comprar mi depa, cambiar el coche). Lo correcto es dejar de quejarme y actuar. ¿Cómo? pues por más que me duela, o pido el aumento y lo consigo, o me busco otro trabajo. Pero me ofusca lo poco probable de encontrar algo que me guste y no me exploten o dispongan del 100% de mis días, donde respeten mi horario y me dejen crecer, sin jerarquías y políticas pendejas, donde me den mi lugar y no tenga que ser tan abogada.

VIVIENDA: esto suena a estado de cuenta del Infonavit pero se trata de dejar mi casa y moverme a un depa. El primer conflicto es en sí dejar mi casa y la avalancha de responsabilidades que se vienen encima con ello cuando no sé ni usar la lavadora; evidentemente no es nada que no pueda hacer pero ofusca, además de que me pesa y me siento mala hija por dejar sola a mi mamá.  En segundo lugar tenemos la consecuencia de mi pinche-sueldo y mis ahorros mediocres, por los que no me decido entre comprar y rentar: que si compro se van todos mis ahorros y me olvido de mis viajes, pero ¿para qué ahorro entonces si no es para disfrutarlo? Además tampoco viajo tanto y como sea tendría algo mío y lo puedo graffitear si quiero, pero a costa de ensartarme en un crédito por los próximos 20 años. Si rento, me ahorro el enganche, dejo mis ahorros para mis viajes, pero la renta aumenta cada año, aunque tal vez no me quede más de un año (wishful thinking) y no estoy adquiriendo algo que puedo graffitear o incendiar si me da la gana. Ahora, mi sueldo me impide tirarle a una renta de más de 10mil y aun así me apretaría mucho. Mi solución hasta ahora era rentar un año y luego comprar o ya ver qué onda pero de entrada dar el paso. Ya siento el ansia total de salirme de mi casa. No soporto lidiar con el perro de mi hermano para entrar y salir de mi casa porque el animal no me puede ver y ya me intentó morder más de una vez, no soporto el poco respeto de mi hermano para vivir en familia, ni su arrimosidad que me recuerda la mía. Es buen momento también porque así mi mamá no se queda sola. Y pienso también en mi violín aunque ahorita sólo está en potencia, y mis perros, ambas cosas difíciles de aceptar para algunos vecinos mamones. El tema no es salirme o no, aunque está cabrón, el tema es a dónde, con qué y cuándo. Y finalmente el tema David, que no sé si se arma la relación, si nos vamos a vivir juntos y entonces mejor me espero para comprar algo entre los dos, o compro de todos modos como inversión y así tengo una entrada cuando se acabe de pagar con la renta...

PAREJA. Estoy aterrada de mi misma con D. Estoy enamorada creo (ya se me había olvidado como se sentía). Creo que puedo crecer mucho con él pero me duele cómo me canta mis verdades, me da miedo ilusionarme, de pronto me da hueva, me desespera y dudo, pero luego decido que quiero seguir ahí. Luego extraño a mis dos relaciones anteriores, comparo, pienso en lo que no fue... mal hecho. Quiero saber todo el tiempo qué siente y piensa con respecto a nosotros y me estreso si no lo adivino, si no me lo dice, o no dice lo que quiero oír, pero en todo caso lo agradezco. A veces siento que no es del todo transparente o que tiene frases ensayadas... las mismas que en otros momentos le compro sin pensar y me enamoran más.

PROYECTOS. Como que hago y no hago. Estoy en todo y en nada. Toco el piano pero dos notas, toco el violín y hace un año que no practico, canto pero en el coche, la oficina y la regadera. Quiero dar clases de baile pero lo tengo relegado por alguna razón en mis prioridades. Estoy engordando a lo bruto y no hago nada, estoy fumando más y lo mismo. Soy desidiosa y saboteadora.

Me estreso por estar aquí, queriendo estar allá.

Tengo que dejar de fumar, empezar a hacer ejercicio, dieta, visitar depas, llevar el coche al hojalatero, trabajar en mí misma en cuanto a actitud, mejorar mis hábitos en general, procurar más a mis perros, dejar que las cosas con D fluyan, dejar de querer adivinar, sonreírle más a la vida.

13 de abril de 2013

Sí, te amé

Te dejo un beso tratando de decir con él todo lo que mi boca no pudo articular.

Te dejo un te quiero, dicho desde lo más profundo de mi alma.

Te dejo todo el amor que fui capaz de darte porque, aunque puedo amar a alguien más, ése que te di, del modo que lo hice y lo sentí, ése es y será siempre sólo tuyo.

Te dejo un GRACIAS, así con mayúsculas, por todos esos momentos que te escuché un te quiero, una palabra de ánimo; por cada abrazo, que por más que trates jamás entenderás lo que se sentía enredarse en tus brazos y escuchar lo que me decían al presionarme contra ti... Por tantos te amo y te quiero conmigo que nunca pudiste decir, que  te dio miedo creer y que me hizo tanta falta escuchar.

Cada beso que me robaste, cada mirada cariñosa y satisfecha, cada piropo, cada vez que revolvimos la cama olvidándonos del mundo y los vecinos, cada película que reímos o lloramos juntos, cada café, cada ataque de risa y, sobre todo, cada ilusión que esos momentos alimentaron... Esos me los quedo yo, para recordarte siempre como la persona que más amé a pesar de tantas adversidades; esa por la que más aposté, por la que arriesgué lo que tenía y lo que no... Y, aunque ya no estamos juntos, quiero que sepas que no me arrepiento, que sigo creyendo que valió la pena. Conocerte y ser parte de tu vida, compartir tus agobios, tus triunfos, tus simplezas, tener tu confianza... siempre habrá valido la pena. 

13 de marzo de 2013

Desde Londres con cariño

Glücklicher Geburstag, personita especial!!! You know who you are. Te quiero muchísimo, te mando un abrazo y deseo de verdad que sea un año que marque una nueva y muy feliz etapa, ya verás que no hay de qué preocuparse por el número de años, simplemente reinvéntate y sé una mejor versión de ti mismo,... la parte bonita es que sólo de ti depende, y a quien no le guste que le llegue. Con todo mi cariño siempre.

10 de febrero de 2013

Maestría para mentir

No es que los quiera enseñar a mentir ni nada por el estilo, pero como dicen por ahí, hasta las chingaderas hay que saberlas hacer. Hay una regla mágica de aplicación general a cualquier chingadera y es la que debemos tener presente: si no sabes cómo (entiéndase, si no eres un chingón), ¡no lo hagas! Así de simple.

Ya específicamente en el tema que nos ocupa, señoras, señores, si Dios no los dotó para ser unos maestros del arte de mentir NO LO PINCHE HAGAN. Y tal vez se pregunten "¿bueno y por qué no?"... Sí sí, cada quien hace lo que puede pero asumamos por un momento que mentir no fuera un vicio per se sino algo moralmente neutral, así que no haré una oda contra la mentira como tal. Pero háganlo por ustedes, ¿nunca se han percatado de lo pendejos que se ven mintiendo... o haciendo cualquier cosa para la que no son buenos pero insisten en aventarse como el Borras? Créanme, es muy penoso el espectáculo de verlos revolcándose en su choro una y otra vez mientras su interlocutor o interlocutora que elegantemente decide no evidenciarlos o simplemente divertirse un rato viendo cómo se enredan (yo lo he hecho) está pensando que son unas bestias o en el mejor de los casos está teniendo un ataque de risa interno... en el peor de los casos dan penita ajena y hasta lástima, y claro, si el interlocutor es el afectado directo, conseguirán un empute de su parte Nivel: Vete a la mierda.

Adicionalmente, ¿ustedes creen que la persona a la que le mal-mienten no se siente ofendida? Sí pero no necesariamente por el hecho en sí de la mentira, sino por aquéllo de que lo hacen "mal". Me explico: también uno se ofende de que no lo consideren digno de una buena inversión de tiempo para al menos fabricar el choro maestro, sin cabos sueltos, sin contradicciones, sin miradas a los lados y al techo... sin pendejadas para acabar pronto.

Yo sí, yo me ofendo cantidad al ver lo limitada mental que me deben considerar como para dar por hecho que me pueden ver la cara con una mentirita pendeja... y tienen los huevos de aventármela. Con una sola de esas me pierden.

Y no, no crean que por ser maestros de la evasión la libran. Dan hueva, esa es la realidad. Si la persona a la que le mintieron les dice "oye pero es que esto ya no cuadra" no le contesten algo como "ah es que igual y no me acuerdo bien, pero equis, ¿ya viste que lindo el cielo?". A mí me contestan eso y se quedarán hablando solos... porque además de todo les pierdo el respeto; la neta si no tienen los pantalones de inventar algo mejor o el valor de confrontar y asumir sus responsabilidades, no se arriesguen, queden bien, y sean felices.

Además si nos vamos al fondo de todo ¿por qué nos interesa pasar el tiempo con personas con las que no podemos ser nosotros mismos,  a las que les tenemos que mentir u ocultar cosas? Es un desperdicio del tiempo propio y el ajeno, ¿no creen?

3 de febrero de 2013

¿Qué necesidad?

De nuevo frente a la hoja en blanco y me pregunto ¿qué puedo escribir hoy? En teoría debería tener mil y un ideas, y sí pero no. Lo que tengo son sentimientos, intuición y esas cosas que no sé cómo traducir en palabras, pero igual lo quise intentar.

Seguramente todos han sentido alguna vez que alguien no es totalmente sincero con ustedes, ¿cierto? ¿Qué hacen en esas situaciones? Correr, confrontar, hacerse de la vista gorda... todas son opciones. No sé, a mí me entra el pánico de que se trate de imaginaciones mías pero dicen por ahí que cuando sientes que hay algo se llama intuición, sexto sentido, instinto de supervivencia, y hay que aprender a escucharlos. Dicen también (bueno, dice mi mejor amigo) que no importa si una persona en verdad te miente o no, si hizo o no hizo... lo importante es que tú crees -o sientes- que sí; en resumen, lo que debes tomar en cuenta es que tú no confías en ella, y no hay mucho que hacer al respecto. En este último supuesto el problema tal vez esté en ti -también se llama paranoia a veces-, o en verdad tienes un sexto sentido cabrón.

La confianza se gana, eso lo sabemos todos. Es triste ver que hay personas pululando por el mundo que piensan que con decir cualquier pendejada, sonreír y hacer cara de gatito de Shrek tienen la confianza de la gente en la bolsa. Y se dan el lujo de contradecirse cinco minutos después y hacer como que no saben de qué hablas si te das cuenta. Eso sí, siempre sin dejar de sonreír y hacerte la barba de algún modo. Tienen una habilidad brutal -o eso creen- para cambiar el tema.

Y bueno, de que los hay los hay, y yo tengo el defecto o la virtud de haber nacido con un cerebro de scanner para morirse. Es ahí cuando no sé si el problema es mío, porque claro, el scanner, como cualquier dispositivo, se puede fosfatar de pronto y pues ya la cagaste o te intenseaste a lo pendejo. Supongo que todos tenemos un porcentaje de error y contradicciones permitidas en lo que decimos, aun si no estamos mintiendo, pero a mí simplemente no me cuadra algo y me suenan los timbales cerebrales. Y no hablo de que se te olvide qué hiciste hace dos semanas el jueves a las 3pm... yo a veces no recuerdo qué hice el fin pasado; hablo de situaciones donde acabas de decir una cosa y un rato más tarde la niegas o sales con otra que la contradice; o llevas un mes diciendo que hiciste equis cosa y luego sales con que no, que apenas lo vas a hacer... Es como si le corto la llamada a una amiga "porque estoy en una junta super importante" y en cuanto cuelgo ella ve que estoy metida en Facebook dando likes  y posteando pendejadas... perdón pero aunque no sea algo grave, no le va a cuadrar, y le parecerá obvio que lo que no quería era seguir en la llamada con ella... y a fin de cuentas, que no soy sincera con ella, no? Creo que simplemente no me debería de importar un carajo muchas veces. Y de hecho, no me importa, sólo no puedo evitar la sensación de de falta de claridad, de transparencia y pues eso se queda en la idea que tengo de la persona en cuestión.

Cualquier incongruencia me salta y a veces mejor no digo nada porque la gente se puede sentir acosada, que no la puede cagar pero... pues es que en teoría si hablas derecho, contradecirte o cagarla no es ni opción, ¿o no? Vaya, yo también he mentido y sé perfecto la diferencia entre hablar para sostener una mentira (escoges las palabras, vigilas la reacción del otro, le quitas importancia a ciertas partes) o cuando hablas con la verdad, que a veces ni te importa si te escuchan o no, no hace énfasis innecesarios y no temes contradecir tu historia porque simplemente es la verdad.

Segundo ejemplo. Este quiero citarlo porque me pasó hace poco y me dieron ganas de tirarle los dientes a la persona en cuestión, por idiota: estaba platicando con un amigo cuando de pronto sonó su cel; el wey checa el identificador y se para a hablar a un rincón donde no lo escuchaba nadie sin decir ni "aguántame tantito"... no mames, ¿en qué pinche pueblo eso es normal y no amerita cara de what? No es que me tenga que reportar sus asuntos, lo cagante viene cuando regresa y yo no tengo la menor intención de meterme en lo que no me importa, solito se suelta con la explicación, con el nivel de estupidez para salir con algo como "ah que mi compadre, me llamó para invitarme unas chelas pero ya le dije que no puedo, ¿en qué estábamos?" De nuevo NO MAMES. ¿Cómo espera alguien que te tragues algo así? Y yo como siempre, no dejo de sonreír y decir "ah ok" pero no puedo evitar que me salte una red flag enfrente de los ojos. Si de verdad no me concierne ¿no es mejor decir "Perdón, traigo por ahí unos asuntos equis que igual luego te platico"? Perdón pero si fuera tu compadre y  no hay tema que esconderme ¿qué hace necesario hablar esas pendejadas alejado en un rincón?

Y no lo voy a negar, hay mentiras que preferiría no notar, choros que tal vez hubiera preferido creerme y hubieran hecho algunos episodios de mi vida más llevaderos y hasta con happy ending. De todos modos, con todo y mi detector de mentiras integrado, no necesariamente saqué nada bueno, al contrario. Porque además soy asquerosamente proclive una vez que detecto una contradicción, a evidenciarla. Antes aplicaba una actitud muy poco asertiva que era hacer preguntas que llevaban a la persona solita a darse cuenta de la pendejada que dijo y terminaba tratando de explicarse sin que yo se lo pidiera expresamente... Evidentemente, aunque funciona, no es un método que ayude a preservar los vínculos y aclarar las cosas por las buenas, ni me hacía sentir mejor, sólo hace que la gente se aleje y además noté un día que es el mismo que me aplicaba mi mamá cuando creía que le estaba mintiendo (o todavía lo hace) y me súper caga. Así que por empatía con los mortales la que aplico ahora es buscar un buen momento para comentar el punto, sin acusar cuando no me consta, tal vez sólo pregunte o comente que no me hizo sentido algo, el chiste es hacerlo derecho pero es muy difícil no hacer sentir a la persona que la estás llamando mentirosa. Como sea, eso no me hace muy popular... a veces. Ya perdí una amiga así.

Mi punto con todo este desmadre es: neta si no tienen nada que esconder, ¡déjense de teatritos y pendejadas! No se ven más interesantes ni nada por el estilo. No tienen por qué contarle sus cosas a todo mundo pero una cosa es que no te cuente a qué hora fui al baño porque soy muy pudorosa y estoy en mi derecho de no contarte, y otra que te invente que fui al baño cuando no lo hice o te diga "¿a dónde crees que fui hace rato?" y luego te salga con "bueno no nada, olvídalo". Mejor ni tocar el tema del baño o de lo que hice a la hora que digo que fui al baño. No sé si me explico. Y si tienen cosas que esconder, pues aprendan a esconderlas bien y no embarren a quien no quieren que se entere. Es decir, si no quieren que les pregunten, guarden sus misterios y sus verbos para cuando estén solos, arreglen sus desmadritos en su casa, les va a costar menos trabajo que inventar 10 choros diferentes para justificar su tontería cuando se resbalen con la persona a la que no le quieren contar. Y a uno le ahorran la chambita de hacerle a la pendeja y decir "ajá" a todo como si no estuvieran hablando estupideces... porque parezca lo que parezca, aun con el margen de error existente y aunque a veces no lo diga, créanme, me doy cuenta.

Un día te dije...

Que cada vez que nos alejamos, no pasa un día sin que piense en ti y desee que seas plenamente feliz y que estés bien.

Que siempre te he querido y eso no cambiará nunca.

Que serías tu fan si alguna vez te hubieras visto a ti mismo como yo te veía.

Que "you are some guy".

Que las relaciones no son la cárcel que te imaginas.

Que puedes contar conmigo.

Que tus abrazos me hacían el día.

Que me importas.

Que podías confiar en mí.

Que siempre hablaras con la verdad, por amarga y cruda que pareciera.

Que me hice a un lado, después de tanto resistir, porque me cansé de que me empujaras.

Que el miedo no es buen consejero.

Que hay que aprender a dejarse ayudar, a dejarse querer, a recibir.

Que tu paz interna no te la quitan los demás, sino tus miedos.

Que tienes mil capacidades de las que a veces no te enteras.

Que puedes, basta que quieras.

Que confiaras en ti.

Que no soltaras todo aquello que amas: cosas, personas, rituales, planes...

Que hacíamos un buen equipo.

Que seguía apostando por nosotros.

Y todo era verdad... .



4 de enero de 2013

Gracias por hoy

Pues fue mi primer día de trabajo después de las vacaciones y creo oportuno recordar y agradecer lo que lo hizo especial, por pequeño que haya sido, ejemplificando para mí misma que no es broma cuando digo que siempre hay algo bueno... en este caso aun si ya se te acabó el 20 para echar hueva en paz, como es el caso.

No haré esto diario porque no dispongo siempre del tiempo, pero hoy quiero apuntar las siguientes cosas por las que estoy agradecida y que hicieron de éste un muy buen día:

Me di el lujo de levantarme tarde y como el tráfico aun es maravilloso llegué en punto de las 8 am que es mi hora de entrada y eso me pone de buenas.

Mi café mañanero me quedó delicioso, y con el frío que hacía de verdad lo disfruté.

Hoy no le ladré a nadie, fui un ejemplo de servicio al cliente con mis compañeritos que tanto quiero y tanto miedo me tienen jajaja. Y se sintió muy bien.

Llegando a casa me recibe mi perra de un brinco nivel olímpico, moviendo la cola y lamiéndome la cara

Salí a caminar con mi mamá, cosa que no hacemos muy seguido, mientras echábamos chisme.

Genuinamente -no por presión- saqué y saqué pendientes sin papalotear, youtubear, dispersarme o quejarme del frío, del calor, de la hueva... puro gusto y ñoñez que es lo mío.

Me encanta conocer gente nueva y hoy se me cruzó una persona además de nueva, interesante y original, con quien parece comparto varias aficiones ñoñas.

Me dijeron que tenía cara de hada de cuento.

Y aprendí lo que es un nenúfar.

Y pues tan tan.

Seguro habrá días en que tal vez sólo haya un momento bueno, y ese es el que quiero recordar. Otros, me costará trabajo encontrar aunque sea uno... y si no lo encuentro ya me lo inventaré porque no tengo ganas de quejarme ni hoy ni mañana...


1 de enero de 2013

2013... bienvenido!

Contra todo pronóstico Maya no se nos acabó el mundo. Sólo se nos acabó un año, como cada 365 días (o 366 en año bisiesto) y empezamos uno más:

Está por terminarse el primer día de este año que, como todos los años nuevos, nos gusta bautizar como "prometedor", como el año en que ahora sí cumpliremos todos nuestros sueños, el año que convertiremos en el mejor de nuestras vidas, ¿qué sé yo? Sin ningún afán de ser grinch la verdad es que todos nos sintonizamos en ese canal cada 31 de diciembre, hacemos listas interminables de propósitos de los que, si bien nos va, cumplimos uno o dos, y con el resto apenas pasamos de marzo.

Pues bien, este año mis planes son bastante más modestos. He decidido no llamarles propósitos en vista de que es un término que coloquialmente podríamos considerar "salado"; que condena todo lo que se denomina como tal a no ser cumplido. Pero tengo planes sin duda, y sin duda quiero hacer de éste un mejor año en lo que pueda, poco a poco, con paciencia, constancia y perseverancia, disfrutando cada pasito que logre dar hacia adelante. Dejo del lado las pretensiones de tener un año rosa sólo porque es nuevo.

¿Y por qué abandonamos nuestra lista feliz tan rápido? ¿Por qué 10 propósitos terminan convirtiéndose en uno? En mi opinión, porque no se trata de listas que nos impongan tener ganas de hacer equis cosa todos los días "porque así lo dije el 31 de diciembre", listas que te hagan sentir mal a la primera palomita que le falte, y no necesariamente feliz y satisfecho si no te falta ni una. No se trata de proponernos lo que los demás consideran que deberíamos proponernos. No se trata de fechas límite. Se trata de ganas, de pasión, de espontaneidad, de un poco de osadía, de manejar la incertidumbre a nuestro favor; se trata de oportunidad, de visión, de respeto por uno mismo y de libertad.

El detalle es que todo esto no necesariamente será consecuencia de lo que nos dio por enlistar el 31 de diciembre, ni hacemos la lista sintiendo nada de esto sino esperando sentirlo a partir del 1 de enero, sacar la motivación a ver de dónde. Creo que se trata de hacer compromisos con uno mismo y renovarlos cada día desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre que tenemos por delante. Decisiones diarias y constantes que nos hagan estar cada día más cerca de la persona que queremos ser. Y se vale cambiar, se vale reacomodar prioridades a lo largo del camino, que es lo que tenemos en el momento y lo que hará que el final valga la pena. No podemos esclavizarnos a una lista, y es por eso que la vamos abandonando. Hacer una lista no predice el futuro, no nos previene contra imprevistos, no toma en cuenta contextos ni cambios en nuestra vida, no me asegura que en un mes seguirá siendo igual de importante hacer ese viaje, o perder estos 5kg que me sobran... no nos garantiza nada. Y no hablo de tirar la toalla por desidia, esa es una patología diferente, hablo de pretender hacer o lograr cosas por las razones incorrectas y por eso hay que cuestionarse diariamente por qué sigo haciendo la dieta, por qué sigo sin fumar, por qué me levanto diario para ir al gimnasio... si es porque te sigue haciendo feliz y no por rutina o porque tu lista lo dice, definitivamente estás en el camino correcto.

Así que este año he decidido simplemente tratar de hacer de cada día algo especial con algo pequeño. Me explico: no puedo hacer que mi vida sea perfecta ni creer que lo que no he hecho en 33 años lo voy a lograr en uno, ni puedo pretender que lo que el 31 de diciembre me parece lo más deseable para mí, lo siga pareciendo mañana. Pero sí puedo ponerle un toque mágico a cada uno de mis días, dentro o fuera de la rutina y a pesar de ella. Puedo escoger la perspectiva con que quiero ver las cosas que me pasan y las que pasan a mi alrededor, puedo decidir cómo quiero reaccionar a cada situación que se me presente. Puedo decidir a quién sonreírle, escoger qué leer, qué ver y qué creer. Puedo decidir cambiar algo al menos por un día y por mínimo que parezca y ¿quién sabe? tal vez el efecto de ello me guste tanto que termine por convertirlo en un hábito.

Tal vez mañana me levante con ganas de hacer 100 lagartijas y pasado mañana no... y ¿saben qué? no me importa. Estoy cansada de sentirme perdedora por no llevar una rutina rígida todos los días. Siempre me ha frustrado fallar la dieta un día, que no me dé tiempo de hacer ejercicio uno de cada 10 días, o brincarme la crema para las ojeras porque llegué muy cansada y simplemente me da hueva encremarme. Simplemente haré lo que me haga sonreír en el momento. Si mi agenda dice que a las 8 es mi hora del ejercicio pero tengo unas ganas pendejas de salir a caminar con mi perro... lo siento por el ejercicio, escojo a mi perro. Si debo dormir a las 11 a más tardar -porque me propuse dormir temprano- pero de pronto mi violín me hace ojitos y tengo de verdad ganas de practicar... lo siento por mis ojeras porque no sé si al día siguiente siga aquí y las ganas las tengo en ese momento. Nada te va a hacer más feliz que hacer en cada momento y dentro de lo posible, aquéllo que realmente tienes ganas de hacer.

Por lo que se refiere a planes concretos -y no deseos- sólo tengo uno: escaparme a Europa por 18 días con una de mis mejores amigas. Después de eso ya veremos, pues quiero aprender a aceptar y abrazar las sorpresas que me pone la vida, y usarlas lo mejor que pueda en lugar de hacer berrinche si no es exactamente lo que esperaba yo en un determinado momento.

Creo que a todo y a todos se les puede exprimir algo bueno, aun al peor de los días y a la persona más odiosa (tal vez aprendas a callarle la boca y eso ya es algo bueno). Suena muy rosa y soy la primera en a veces no hacerlo, pero es una de las cosas que en este momento me parece que vale la pena intentar.

En resumen, y ahí voy con mi lección de primero de enero:

Cada día piensen qué quieren hacer, dónde quieren estar y si tienen la opción 100% abierta, háganlo por Dios!

Si no pueden escoger irse a un Spa porque tienen un horario de oficina que cumplir, entonces disfruten su tiempo en la oficina, desquiten su sueldo y eleven su autoestima dando su máximo, den los buenos días a quien se les cruce y díganlo sonriendo, prepárense un buen café y disfrútenlo mientras resuelven los problemas de su jefe, ríanse de las pendejadas ajenas en lugar de encabronarse (esa va por mí), y agradezcan que tienen un trabajo y un sueldo independientemente del monto de éste.

Si no tienen oficina, jefe y horario laboral, pero son por ejemplo amas de casa con mil y un cosas que hacer en su hogar, disfruten su tiempo a solas, pongan buena música o un buen programa mientras cocinan, canten, bailen, platiquen con el perro, sáquenlo a dar una vuelta, saluden a sus vecinos, vayan a la tiendita por su chocolate favorito, tómense un break para hablarle a una buena amiga o algún pariente, véanse en el espejo y digan "qué guapa estoy, carajo!", disfruten el desmadre de sus hijos, ríanse de sus burradas, porque les van a crecer muy rápido y hasta los berrinches van a extrañar. No sé, son ejemplos y bueno, yo no soy mamá pero sí he vivido con niños berrinchudos y yo sí les doy el avión ;-)

Y si les llega abril y no han hecho nada de esto, NO IMPORTA, arranquen en ese momento, que lo de menos es el año nuevo, es un excelente pretexto que viene con la motivación extra de las festividades y todo aquéllo pero no es pretexto para no hacer nada, sólo porque no lo empezamos un 1 de enero, así como no es pretexto no empezar la dieta porque no es lunes ;-).

Tengan un feliz año, pero no les va a llegar así, háganlo feliz ustedes, y en lo que no aplique, al menos háganlo útil, háganlo valer la pena... su 2013 se los va a agradecer, y dentro de un año que estén recibiendo el 2014 en lugar de pensar "ahora sí éste será mi año" digan con toda convicción y hasta con la lagrimita en la mejilla "qué gran año estoy dejando atrás" y lo recuerden como uno de los mejores de su vida.

P.D. Ándenle, ahora a construir este gran año con actos que la vida no se resuelve leyendo/escribiendo blogs JÁ!)