17 de junio de 2015

Limbo

Pues parece que no crezco, no maduro, no aprendo. Tengo mis momentos y hasta me emociono, me armo, voy con todo y me siento muy chingona. Pero denme un poco de tiempo y vuelvo a caer en mi charquito de lodo después de tropezarme en el mismo bache por enésima vez, y reacciono igual, digo y hago lo mismo, me pregunto por qué, me deprimo y nomás no doy. Suena tan patético. Creo que esos "mis momentos" siempre me llegan medio segundo tarde.

Y así es todo ahorita, estoy consciente de tener mil cosas por las cuales estar feliz y agradecida, pero tengo una depresión disfrazada que creo vengo cargando desde hace tiempo. De pronto le manejo la gana incontrolable de llorar, porque sí... a veces tengo de dónde colgarlas y a veces no, sólo me atacan y siempre me ganan, esté donde esté. Eso no puede ser normal. Tengo que perdonar tanto, empezando por mis propios errores. Tengo que depurar mi vida entera de cosas, de personas, de ideas, de prejuicios, pensamientos, miedos; tengo que arriesgar, tengo que ser más yo, tengo que defenderme, cuidarme. ¡Mierda, suena tan simple y se olvida tan fácil! Tengo que dejar de buscar una motivación externa para hacerlo... y es que estaba todo tan bien hace unos meses y de pronto PUM! Me agarran mal parada, en la pendeja total y yo sintiéndome muy juancamanei, no me di ni cuenta hasta que ya estaba de cabeza en el pinche hoyo.

Ya me di un poco de hueva, estoy literal en el pinche limbo existencial, con motivaciones a medias, sueños reciclados, ilusiones muertas, ganas fingidas y una fortaleza que no tengo... tratando de que la chingada me suelte para regresarme a donde estaba. Alguien jáleme desde el otro lado... o máteme porque ya me cansé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario