17 de febrero de 2008

Ser o no ser: duplicidad, hipocresía... ¿quiénes somos?

Permítanme dejar la formalidad a un lado por un segundo.... ehem, ehem, ahora sí... ¿Alguien puede explicarme qué carajos pasa con la gente? Vaya, me queda claro que los pertenecientes a la raza humana somos todo un caso, y con dificultad logramos entendernos nosotros mismos, pero últimamente -entiéndase los últimos... pocos días- he podido darme cuenta de lo poco que nos conocemos a nosotros mismos y/o lo poco que nos gusta mostrar de nosotros mismos a los demás... tal vez más lo primero que lo segundo, who knows?

- Nos encanta decir que no tenemos prejuicios cuando en realidad nos sobran.
- Exigimos honestidad de los demás cuando no tenemos ni idea del significado real de la palabra y somos, por lo tanto, los últimos en ponerla en práctica y los primeros en mentir, ocultar, pretender...
- Nos ofendemos si alguien no confía en nosotros pero no hacemos nada por realmente merecer esa confianza. Por Dios ¡qué posición tan cómoda!
- Escupimos un "te quiero" o un "te amo" con al misma facilidad con que estornudamos, pero hacemos un gran drama si alguien nos lo dice sin sentirlo o no lo dice o no lo siente.
- Eventualmente nos da por creer que el de al lado es estúpido y no se da cuenta de nuestra duplicidad; mala costumbre esa de subestimar a la gente... nos podemos llevar grandes sorpresas.
- Tenemos nuestras reglas y nuestras ideas que no necesariamente practicamos, pero las anteponemos a todo y con ellas justificamos todo lo que hacemos y decimos; queremos y a veces exigimos que los otros rompan sus propias reglas por nosotros, pues de otro modo les reprochamos con palabras o actitudes que no nos estiman suficiente, que no puedan hacer un sacrificio mínimo por nosotros. Y ahí no queda todo... si logramos que las rompan, entonces los juzgamos por ir en contra de sus principios o de las reglas morales o sociales; en casos extremos, hacemos la farsa completa rompiendo relaciones con esa persona por incongruente, por inmoral... Excelente manera de quedar siempre bien parado, ¿no creen?

En fin, podría extenderme en una lista de situaciones y actitudes contradictorias y bajas del ser humano. Y conste que no estoy haciendo distinción de sexos. Creo que ambos padecemos el mismo grado de sociopatía, ambos tenemos miedos que no nos gusta manifestar, todos tenemos resentimientos que proyectamos en los demás, a todos nos importa en mayor o menor grado lo que piensen y digan los demás de nosotros, y todos, a fin de cuentas, somos imperfectos.

Lo importante es no justificar nuestras tonterías con la imperfección. Una cosa es que seamos sujetos perfectibles y que errar esté en nuestra naturaleza, y otra muy distinta que con ese pretexto vayamos por la vida mintiendo, lastimando o engañando a otros, aprovechando las debilidades de quienes nos rodean... no señores, eso es ser bajo, es no tener respeto ni por uno mismo, es tener una visión utilitarista de la vida y las personas, es falta de integridad... es, en fin, una jalada.

Finalmente, como dice la canción... What goes around, comes around... así que cuidado con lo que causan, lo que dejan o quitan en la vida de los demás, y observen la semilla que están sembrando antes de cubrirla y regarla.

¿Por qué nos complicaremos tanto si podemos hacer de las relaciones interpersonales de cualquier tipo algo enriquecedor basado en la honestidad y el respeto? Se los dejo de tarea.

Hasta la próxima.

1 comentario:

  1. El mundo nos ocupa -debemos contribuir a la sociedad, ser productivos, ganarnos la vida- y termina absorviéndonos todo nuestro tiempo; quedamos así sin tiempo para nosotros mismos -ignorantes de nosotros vamos por el mundo.
    Otras veces son las reglas y los valores del juego de ese mundo, las que nos van definiendo: los egoistas y los hedonistas obtienen lo que quieren sin remordimientos.
    Otras, para sobrevivir en ese medio, con esas reglas y esos valores, nos hacemos desconfiados: ¿quién se expondría en esas condiciones?
    Y aprendemos a jugar con esas reglas, que es probable que no nos gusten y las vemos mal en el mundo pero bien en nosotros... Tal vez la prisa y las demandas del mundo no nos dejen tiempo para reflexionar en lo que hacemos, a menos que nos haga ganar plata, nos proporcione algún placer o nos ayude a sobrevivir...

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