27 de julio de 2012

33

Por fin alcancé la edad de Cristo... y ¿qué les digo? Sigo sin hacer nada con mi vida que me compre el pasaporte a los libros de historia, o me financie un monumento en alguna glorieta o parquecito pitero. Pero llegué y según los que saben en temas de automotivación, eso es lo que cuenta, y como que me siento con ganas de estar de acuerdo con ellos.

Llegué, y llegué bien. ¿Que qué es "bien"? Ok, trataré de ilustrarlo:

Estoy sana. Puedo tener achaquitos y secuelas, pero no tengo ninguna enfermedad, ninguna incapacidad que me impida pensar, moverme, cantar, bailar, ir y venir, hablar, aprender.

Tengo un trabajo. Tal vez no soy la más abogada -cosa que me hace más especial, sin duda, já- pero me gusta mi trabajo, me gusta la gente con la que convivo en la oficina todos los días, me gusta el giro de la empresa y me gusta quién soy ahí. Tengo dos grandes amigas en Paty y Alicia. No me pagan un sueldazo, eso es un hecho, pero he sobrevivido y he ahorrado algo cuando mucha gente no se puede dar ese lujo en estos tiempos.

Tengo casa. Gracias a mi madre que no me ha corrido de ahí, pero nadie me mantiene. Digamos que me ahorra la renta, pero yo aporto una mensualidad, yo pago mi propio súper, mantengo a mi perro, compro mis muebles y me cubro cualquier necesidad. Eso me da tiempo y calma para ahorrar y seguir buscando el lugar en el que quiero vivir.

Tengo una familia un poco disfuncional pero unida. Tengo aun a mi madre, aunque mi papá prefirió adelantarse. Tengo a mis hermanos y mi hermana que aunque me provocan más de un disgusto, los quiero, son mi gente, mi pasado y mi presente. Tengo tres hermosos sobrinos, una cuñada que es mi ídolo por haberse ganado a mi hermano menor como lo hizo. En fin, los tengo y me tienen. Nunca me ha sobrado nada, pero tampoco me falta.

Tengo amistades, algunas de siempre, otras nuevas y otras han pasado al RIP-mode porque así lo decidí (de hecho algunos no se han enterado). Y agradezco todos los días a la vida por esas que siguen ahí a pesar de todo, por esos nuevos hermanos y hermanas que me ha puesto en el camino, y también por esos que se han ido al carajo porque no aportan y sólo malvibran. Agradezco la lealtad de mi gente, su oído, sus palabras oportunas, sus detalles y, sobre todo, su cariño.

Tengo mi biblioteca y chingos de música. Y tengo un perro sociópata que me adora y a todos les mienta la madre menos a mí... y lo amo.

Últimamente he estado angustiada por la falta de un proyecto de vida concreto. Que no sé si me quiero casar, que no sé si quiero hijos, que no sé hasta cuándo ser abogada, que hago de todo pero a medias... Pero ¿saben qué? Resumiendo y echando un ojo hacia atrás creo que no tengo mucho de qué quejarme por más que me guste el drama. Creo que debo estar contenta y agradecida hasta por los putazos recibidos... aunque vaya que a veces necesitamos más de uno para entender el punto. Y no es que quiera justificar mi falta de proyecto con una pretendida felicidad, quedándome por siempre en la mediocridad. No, no. Ya me iré armando algo pero angustiándome no lo voy a lograr, finalmente no tengo comprada ni la hora que viene, por lo que quiero disfrutar mis días, mis horas, mis fracciones de segundo... Qué hueva que se te acabe el veinte preocupándote por los siguientes 10 años. Es una frase tan cliché, pero tengo que usarla: hay que vivir hoy el hoy; y complementando con Bucay: hay que llorar hoy por lo de hoy y no por lo que pasó ayer; enójate por lo de hoy, sonríe por el hoy y sueña y construye con lo que tienes hoy (ok, sólo la primera parte la dijo Bucay, pero la idea es la misma).

No soy buena soltando el lastre de ayer, tirando mis culpas, olvidando gente ni momentos. No lo soy. Soy experta en autoreproches y en el perfeccionismo paralizador, experta en desidia y autosabotajes. Pero tengo mucho que aprender y que cambiar al respecto, mucho que experimentar y, por ahora, ese es mi mayor proyecto.

Gracias vida, gracias Dios, gracias papás (por traerme al mundo), gracias amigos por la paciencia y gracias a mí por seguirle chingando.

1 comentario:

  1. Así pasa, la vida es corta, cuando nos damos cuenta y miramos atrás creo que tenemos una tendencia a decir "no he hecho mucho" , ni modo así somos mamazoide, pero la verdad es que si hacemos mucho, quizá nos has inventado algo que revolucionará el mundo, pero la cosa es vivir para no, no para el mundo, si no, que queda? un abrazo fuerte

    ResponderEliminar