28 de septiembre de 2008

Límites

¿Dónde está la línea que separa la tolerancia, del autorespeto; de la debilidad o cobardía para aceptar que algo no nos hace felices, cambiarlo o manifestarlo, e ir en busca de aquéllo que deseamos?

¿Qué distingue el hecho de amar a alguien y procurarlo, de la necesidad de evitar la soledad?

¿Dónde está el límite entre el amor propio y el amor por el otro?

Nos enseñan desde pequeños que debemos ser tolerantes, humildes, entregados e incondicionales; nos enseñan a amar al prójimo y poner la otra mejilla; nos enseñan que el amor implica renuncia y sacrificio. Pero a la vez hay que darse a desear, emplear tácticas que no revelen del todo nuestros sentimientos, ser cautos, ser selectivos, perseguir nuestros sueños e ideales y conseguirlos a pesar de las adversidades, no confiar en la gente al cien por ciento. Nos enseñan tantas y tantas cosas... Pero nadie nos enseña dónde están los límites de todo esto, en mi opinión una herramienta indispensable de superviviencia como seres sociales. Para bien o para mal, los límites los aprendemos con la experiencia, con las caídas que confirman o refutan estos "principios universales".

Más de una vez me ha asaltado el conflicto mental -ante diferentes situaciones non-gratas- de si debo o no expresar mi disgusto y cómo hacerlo; si tal vez estoy exagerando, si debo dejarlo pasar para evitar un conflicto mayor, si debo ceder y cuánto; si debo esperar que otro ceda primero, si es mejor aparentar no darle importancia a un hecho o definitivamente discutir el punto hasta llegar a una solución... ¿qué sé yo? Son tantos los ejemplos que podría dar. El problema es que ante estas disyuntivas, con el bagaje cultural que cargamos, muchas veces no importa cuánto tiempo lo meditemos, no llegamos a nada, la respuesta no llega... Así que lo que queda es "escuchar al corazón", dice algunos, escoger un poco al azar la acción que tomaremos y esperar que tenga el efecto deseado... o no esperar nada para que nada nos decepcione, como dicen por ahí. Es decir, finalmente caemos en lo mismo.

Siempre habrá miles de opiniones diferentes sobre lo que "deberíamos" o no hacer y decir, y aun así puede que ninguna de ellas encaje bien en la situación por la que pasamos. Porque la gente y las situaciones, por similares que parezcan, son muy diferentes, unas más predecibles que otras, pero tienen en común que nunca podemos tener plena certeza del resultado.

Finalmente esto es desgastante, genera angustia y miedo, conflictos de identidad. Y no estoy diciendo aquí que algún personaje en particular en nuestra vida, tenga la obligación de enseñarnos los límites para que tengamos el caminos sencillo y sin accidentes. Tal vez esta es la manera en que se supone que debe de ser: cada quién aprende de su experiencia, marca sus límites, y puede compartirlo pero rara vez resultará exactamente aplicable a otra situación.

Creo q se trata de auto definirse y auto construirse cada día aprendiendo de los errores... pero qué dificil es hacerlo, no? Yo he cometido el mismo error más de una, dos, tres... mil veces, buscando dónde marcar la línea y no lo logro. Normalmente más tarde maldigo mi tontería y me digo "pero si ya lo sabías, en qué estabas pensando?" No sé si sea mi afán de confirmar que mis teorías pueden ser correctas y que existen los cuentos de hadas por más que la vida se empeñe en enseñarme lo contrario; que no son necesarias las tácticas tontas y las máscaras, que uno puede expresarse y Ser libremente, respetando a los demás y a la vez respetnándose a sí mismo así, naturalmente, sin tener que planear y meditar todo... a veces duele tanto pensar...

En fin, para no desviarme del punto, la idea es que me tengo que respetar, pero también respetar al otro; ser yo mismo y dejar ser al otro. Y creo que el límite está en el punto en que tu autorespeto se ve invadido u opacado por el afán de complacer a alguien más aun a costa de tu salud mental. Y para tener claro ese punto, hay que tener claros nuestros objetivos, lo que queremos y lo que no en nuestra vida. Hay que ver las cosas como son y no como queremos que sean. No vamos a cambiar a nadie, "what you see is what you get" así q si lo que hay no te gusta, no te aferres, y tal vez los límites se establezcan naturalmente. No quieras convertirte en héroe por tolerar lo que nadie tolera, basado en falsas expectativas, denigrándote tal vez sin darte cuenta, o dejando de ser tú.

Ya se me terminó la inspiración pero si alguien tiene más claro este asunto, bienvenido cualquier comentario.

Gute Nacht

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