3 de febrero de 2013

¿Qué necesidad?

De nuevo frente a la hoja en blanco y me pregunto ¿qué puedo escribir hoy? En teoría debería tener mil y un ideas, y sí pero no. Lo que tengo son sentimientos, intuición y esas cosas que no sé cómo traducir en palabras, pero igual lo quise intentar.

Seguramente todos han sentido alguna vez que alguien no es totalmente sincero con ustedes, ¿cierto? ¿Qué hacen en esas situaciones? Correr, confrontar, hacerse de la vista gorda... todas son opciones. No sé, a mí me entra el pánico de que se trate de imaginaciones mías pero dicen por ahí que cuando sientes que hay algo se llama intuición, sexto sentido, instinto de supervivencia, y hay que aprender a escucharlos. Dicen también (bueno, dice mi mejor amigo) que no importa si una persona en verdad te miente o no, si hizo o no hizo... lo importante es que tú crees -o sientes- que sí; en resumen, lo que debes tomar en cuenta es que tú no confías en ella, y no hay mucho que hacer al respecto. En este último supuesto el problema tal vez esté en ti -también se llama paranoia a veces-, o en verdad tienes un sexto sentido cabrón.

La confianza se gana, eso lo sabemos todos. Es triste ver que hay personas pululando por el mundo que piensan que con decir cualquier pendejada, sonreír y hacer cara de gatito de Shrek tienen la confianza de la gente en la bolsa. Y se dan el lujo de contradecirse cinco minutos después y hacer como que no saben de qué hablas si te das cuenta. Eso sí, siempre sin dejar de sonreír y hacerte la barba de algún modo. Tienen una habilidad brutal -o eso creen- para cambiar el tema.

Y bueno, de que los hay los hay, y yo tengo el defecto o la virtud de haber nacido con un cerebro de scanner para morirse. Es ahí cuando no sé si el problema es mío, porque claro, el scanner, como cualquier dispositivo, se puede fosfatar de pronto y pues ya la cagaste o te intenseaste a lo pendejo. Supongo que todos tenemos un porcentaje de error y contradicciones permitidas en lo que decimos, aun si no estamos mintiendo, pero a mí simplemente no me cuadra algo y me suenan los timbales cerebrales. Y no hablo de que se te olvide qué hiciste hace dos semanas el jueves a las 3pm... yo a veces no recuerdo qué hice el fin pasado; hablo de situaciones donde acabas de decir una cosa y un rato más tarde la niegas o sales con otra que la contradice; o llevas un mes diciendo que hiciste equis cosa y luego sales con que no, que apenas lo vas a hacer... Es como si le corto la llamada a una amiga "porque estoy en una junta super importante" y en cuanto cuelgo ella ve que estoy metida en Facebook dando likes  y posteando pendejadas... perdón pero aunque no sea algo grave, no le va a cuadrar, y le parecerá obvio que lo que no quería era seguir en la llamada con ella... y a fin de cuentas, que no soy sincera con ella, no? Creo que simplemente no me debería de importar un carajo muchas veces. Y de hecho, no me importa, sólo no puedo evitar la sensación de de falta de claridad, de transparencia y pues eso se queda en la idea que tengo de la persona en cuestión.

Cualquier incongruencia me salta y a veces mejor no digo nada porque la gente se puede sentir acosada, que no la puede cagar pero... pues es que en teoría si hablas derecho, contradecirte o cagarla no es ni opción, ¿o no? Vaya, yo también he mentido y sé perfecto la diferencia entre hablar para sostener una mentira (escoges las palabras, vigilas la reacción del otro, le quitas importancia a ciertas partes) o cuando hablas con la verdad, que a veces ni te importa si te escuchan o no, no hace énfasis innecesarios y no temes contradecir tu historia porque simplemente es la verdad.

Segundo ejemplo. Este quiero citarlo porque me pasó hace poco y me dieron ganas de tirarle los dientes a la persona en cuestión, por idiota: estaba platicando con un amigo cuando de pronto sonó su cel; el wey checa el identificador y se para a hablar a un rincón donde no lo escuchaba nadie sin decir ni "aguántame tantito"... no mames, ¿en qué pinche pueblo eso es normal y no amerita cara de what? No es que me tenga que reportar sus asuntos, lo cagante viene cuando regresa y yo no tengo la menor intención de meterme en lo que no me importa, solito se suelta con la explicación, con el nivel de estupidez para salir con algo como "ah que mi compadre, me llamó para invitarme unas chelas pero ya le dije que no puedo, ¿en qué estábamos?" De nuevo NO MAMES. ¿Cómo espera alguien que te tragues algo así? Y yo como siempre, no dejo de sonreír y decir "ah ok" pero no puedo evitar que me salte una red flag enfrente de los ojos. Si de verdad no me concierne ¿no es mejor decir "Perdón, traigo por ahí unos asuntos equis que igual luego te platico"? Perdón pero si fuera tu compadre y  no hay tema que esconderme ¿qué hace necesario hablar esas pendejadas alejado en un rincón?

Y no lo voy a negar, hay mentiras que preferiría no notar, choros que tal vez hubiera preferido creerme y hubieran hecho algunos episodios de mi vida más llevaderos y hasta con happy ending. De todos modos, con todo y mi detector de mentiras integrado, no necesariamente saqué nada bueno, al contrario. Porque además soy asquerosamente proclive una vez que detecto una contradicción, a evidenciarla. Antes aplicaba una actitud muy poco asertiva que era hacer preguntas que llevaban a la persona solita a darse cuenta de la pendejada que dijo y terminaba tratando de explicarse sin que yo se lo pidiera expresamente... Evidentemente, aunque funciona, no es un método que ayude a preservar los vínculos y aclarar las cosas por las buenas, ni me hacía sentir mejor, sólo hace que la gente se aleje y además noté un día que es el mismo que me aplicaba mi mamá cuando creía que le estaba mintiendo (o todavía lo hace) y me súper caga. Así que por empatía con los mortales la que aplico ahora es buscar un buen momento para comentar el punto, sin acusar cuando no me consta, tal vez sólo pregunte o comente que no me hizo sentido algo, el chiste es hacerlo derecho pero es muy difícil no hacer sentir a la persona que la estás llamando mentirosa. Como sea, eso no me hace muy popular... a veces. Ya perdí una amiga así.

Mi punto con todo este desmadre es: neta si no tienen nada que esconder, ¡déjense de teatritos y pendejadas! No se ven más interesantes ni nada por el estilo. No tienen por qué contarle sus cosas a todo mundo pero una cosa es que no te cuente a qué hora fui al baño porque soy muy pudorosa y estoy en mi derecho de no contarte, y otra que te invente que fui al baño cuando no lo hice o te diga "¿a dónde crees que fui hace rato?" y luego te salga con "bueno no nada, olvídalo". Mejor ni tocar el tema del baño o de lo que hice a la hora que digo que fui al baño. No sé si me explico. Y si tienen cosas que esconder, pues aprendan a esconderlas bien y no embarren a quien no quieren que se entere. Es decir, si no quieren que les pregunten, guarden sus misterios y sus verbos para cuando estén solos, arreglen sus desmadritos en su casa, les va a costar menos trabajo que inventar 10 choros diferentes para justificar su tontería cuando se resbalen con la persona a la que no le quieren contar. Y a uno le ahorran la chambita de hacerle a la pendeja y decir "ajá" a todo como si no estuvieran hablando estupideces... porque parezca lo que parezca, aun con el margen de error existente y aunque a veces no lo diga, créanme, me doy cuenta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario