3 de febrero de 2013

Un día te dije...

Que cada vez que nos alejamos, no pasa un día sin que piense en ti y desee que seas plenamente feliz y que estés bien.

Que siempre te he querido y eso no cambiará nunca.

Que serías tu fan si alguna vez te hubieras visto a ti mismo como yo te veía.

Que "you are some guy".

Que las relaciones no son la cárcel que te imaginas.

Que puedes contar conmigo.

Que tus abrazos me hacían el día.

Que me importas.

Que podías confiar en mí.

Que siempre hablaras con la verdad, por amarga y cruda que pareciera.

Que me hice a un lado, después de tanto resistir, porque me cansé de que me empujaras.

Que el miedo no es buen consejero.

Que hay que aprender a dejarse ayudar, a dejarse querer, a recibir.

Que tu paz interna no te la quitan los demás, sino tus miedos.

Que tienes mil capacidades de las que a veces no te enteras.

Que puedes, basta que quieras.

Que confiaras en ti.

Que no soltaras todo aquello que amas: cosas, personas, rituales, planes...

Que hacíamos un buen equipo.

Que seguía apostando por nosotros.

Y todo era verdad... .



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